lunes, 6 de junio de 2016

La felicidad aumenta la productividad



Los empresarios se encuentran frente a la necesidad de ver crecer a su organización pero enfrentan obstáculos que les impiden cumplir sus expectativas y muchas veces no saben qué hacer o por dónde empezar.

Gabriel Justiniano, director ejecutivo de la consultora Inversa Coaching Group, de gestión y desarrollo del talento humano, afirma que cada día se desarrollan nuevas tendencias, mayor tecnología, sistemas y un sinnúmero de herramientas que pueden ayudar a los empresarios a mejorar la productividad, enfocándose en la felicidad de las personas.

La felicidad organizacional es un elemento fundamental en el que aún los directores de empresas no han puesto la debida atención. De acuerdo con datos recientes, sostiene, la gente feliz presenta hasta un 33% más de energía y dinamismo en las empresas de la región.

"Las personas felices en su organización son en promedio 31% más productivos. Esto es importante porque los empresarios dudan en invertir en programas para aumentar la felicidad en sus trabajadores o para mejorar el talento humano, pero está demostrado que con trabajadores felices hay un mayor retorno sobre la inversión”, dice Justiniano.

En entornos laborales felices, el compromiso aumenta hasta 73%. Es decir, los trabajadores se colocan la camiseta, convirtiéndose en los mejores aliados.

Los programas de coaching y de desarrollo y gestión del talento humano ayudan a mejorar las áreas personal, familiar y emocional de las vidas de los trabajadores. "Las organizaciones con trabajadores felices tienen ventas hasta 37% más altas y su creatividad es tres veces mayor. Hay empresas en la región que ya implementaron gerencias de la felicidad”, destaca Justiniano.

Cambiar la realidad del trabajo

Según Fundempresa, a marzo de 2015 la base empresarial vigente en Bolivia contaba con 261.971 empresas. A marzo de 2016 la cifra es de 275.839, es decir 5% más. Esto muestra, según Justinano, la necesidad del fortalecimiento de las capacidades de los trabajadores frente a una creciente demanda de recursos humanos para estas empresas.

"Hay que repensar la realidad del trabajo en Bolivia para plantear nuevas alternativas que ayuden a comprender al trabajo como un sistema y no sólo como un proceso”, continúa el ejecutivo.

En su visión, las organizaciones deben estar capacitadas para incorporar herramientas que coadyuven a hacer sostenible la relación entre el trabajador, el empresario y los sistemas de trabajo. Se debe gestionar nuevos liderazgos empresariales desde la perspectiva local y consolidar empresas dirigidas por líderes que forman líderes.

Esto es cambiar paradigmas para replantear la forma de dirigir y administrar. "Debemos entender que no podemos tener una empresa que destruye a las personas, pues en algún momento termina destruyendo el negocio. La persona es el centro del negocio, ése es un concepto que debe ser considerado por toda organización y la felicidad juega un papel crucial”.

Los conceptos del trabajo y del trabajador tienen un enfoque técnico y académico en la actualidad, señala Justiniano, es decir, se basan en las "habilidades duras”, que muchas veces son limitativas. Nos importa más cuánto cuesta contratar a un trabajador, qué responsabilidades genera, qué derechos tiene, qué formación tiene, qué experiencia tiene, etcétera, lamenta. "Es verdad que todos los aspectos deben ser considerados; sin embargo, esa visión muchas veces nos desenfoca de aspectos que también son muy importantes”.

Desarrollo de nuevos conceptos

Es preciso implementar nuevos conceptos, tendencias y herramientas que hoy forman parte de la estructura empresarial, laboral y académica en Latinoamérica y el mundo. "La pregunta ahora es: ¿cuáles son esos nuevos conceptos, tendencias y herramientas? Y la respuesta puede ser bastante larga pero citemos algunos: desarrollo de ‘habilidades blandas’, desarrollo de equipos de alto rendimiento, desarrollo de la inteligencia emocional y de inteligencias múltiples, aprendizaje experiencial, liderazgo organizacional y felicidad organizacional, entre otros”.

La implementación de éstos tiene un importante impacto en la vida de las empresas y de las personas. "En general, los principales beneficios son: aprender a establecer y adoptar medidas encaminadas a la consecución de los objetivos, llegar a ser más autónomos y autosuficientes, ganar autoconfianza para hacer frente a los desafíos, ganar más satisfacción con la vida, contribuir más eficazmente al equipo (la organización o la familia), ganar capacidad para asumir una mayor responsabilidad, aprender a trabajar con mayor facilidad y de forma productiva con otros y desarrollar competencias de trabajo en equipo”.

Justiniano cree que las empresas que acepten el desafío y tengan la apertura de trabajar estos procesos de capacitación en su gestión empresarial, podrán ver resultados que beneficien a su organización, conocer y manejar estos conocimientos. Es fundamental en la época que vivimos.

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