domingo, 19 de junio de 2016

Entrevista: Franz Molina Cargo: Gerente de Kuhlmann

El singani, bebida a base de uva, tan particular de Bolivia dentro la industria licorera en el mundo, como lo es el tequila en México, la caipirinha en Brasil, el pisco en Perú, gana terreno en los mercados internacionales. Hace unos días, bodegas Kuhlmann de Tarija, logra ingresar el singani Los Parrales a los mercados de México y China.

Franz Molina, su gerente de producción, enólogo y al mismo tiempo presidente de la Asociación de Vitivinicultores de Bolivia, en contacto con El Día, describe dicha apuesta, los pormenores del sector y los desafíos de la cadena productiva de los vinos y singanis, cuya industria se asienta en una superficie agrícola de 3.000 hectáreas de viñedos del país.

P. ¿Cómo está el sector productor de uva, vinos y singanis?

F.M.: Para el caso específico del departamento de Tarija, después de la actividad hidrocarburífera y del gas, el sector vitivinícola es el más importante. De hecho, por muchos años ha estado desprotegido y sobre todo cuando el 2010 se le incrementan los impuestos. A partir de eso, nos sentimos como muy desprotegidos. Pero ante esa situación realizamos un estudio socioeconómico a toda la cadena productiva de vinos y singanis.

P. ¿En qué derivó dicho estudio?
F.M.: Después de tantos años de estudio y gestión logramos convencer al Gobierno, que permitió trabajar en un decreto dado que esta actividad tiene un costo social muy grande, donde el 85% de la materia prima proviene de pequeños productores, además todo es 100% nacional. En ese contexto, pese al contrabando incesante y en un momento difícil, se logró una ley nacional. Falta reglamentar, pero ya se tiene un decreto que sube los aranceles a la importación de bebidas al país en un 40%. Todavía hay que seguir trabajando para hacer frente a la competencia desleal de los productos internacionales. En ese contexto, ahora apostamos a la exportación buscando y abriendo nuevos mercados.

P. ¿Qué porcentaje de la materia prima absorbe la industria?
F.M.: Lo hermoso de nuestro sector es que tiene un impacto social muy grande. El 80% de las materias primas, tanto en vinos y singanis depende de la actividad generada por pequeños productores. Además, nuestra producción nacional es muy pequeña con relación a otros países, apenas tenemos 3.000 hectáreas de viña en Bolivia. Un ejemplo, Chile, solo una bodega tiene 30.000 hectáreas. Entonces hay una diferencia muy grande, el sector requiere protección sobre todo ante el ingreso del contrabando y una descontrolada adulteración de productos.

P. ¿Cómo se llega a los mercados de México y China con el singani?
F.M.: Todo ha sido como resultado del reconocimiento internacional obtenido por Singani Los Parrales, en diversos concursos y ferias alrededor del mundo, por su calidad, pureza y aromas. Desde que se lanzó la viña Los Parrales, el 2005, a la fecha somos el singani que más premios ha logrado. El 2010 ingresamos al mercado norteamericano, fuimos los primeros. Luego entre el 2011 y 2012 se llegó a Suiza.

Como el mercado interno se hizo muy difícil, optamos con seguir buscando alternativas. Entonces en agosto del año pasado se inicia las negociaciones para entrar a China. Era un mercado muy difícil para nosotros, tiene muchos controles, muchos requisitos. Gracias a buenos resultados logrados en los concursos internacionales en dicho país se interesaron en nuestro producto. Lo mismo en México, que a pesar de ser muy celosos con su tequila, logramos ingresar.

Todo ello logró concretar la exportación de esta bebida boliviana a China y México.

P. ¿Cómo cataloga el mercado internacional al singani?
F.M.: Ingresar a México y China, dos mercados bastantes exigentes, explica la forma cómo se valora al singani. Eso nos da pautas que se está ingresando a dos mercados muy complejos. En esa medida, el singani, como un producto de categoría mundial, se está poniéndose muy de moda. Se trata de un producto único, de características peculiares, una bebida muy premium que el consumidor a nivel mundial lo está valorando cada día mejor que los propios bolivianos.

P. ¿Cuál es el volumen de producción y exportación del singani?
F.M.: Nosotros logramos producir entre 700 mil a 800 mil botellas de singani al año, lo cual más o menos equivale a 600 mil litros de singani de producción. De ellas logramos exportar entre 40 a 45% de nuestra producción. La idea es llegar a consolidar en los próximos años una exportación del 80%. En ese contexto, incrementar mayor producción requiere tener mercados. Mientras no se tenga aquello no tiene sentido. En ese contexto la empresa, pese a los problemas del mercado interno, sigue remando sin detener las inversiones necesarias para crecer y buscar mercado, más aún para que todo el sector crezca, ya que el beneficio es para esos 80% de productores pequeños.

P. ¿Es posible llegar a esa meta de exportación del 80%?
F.M.: Es que México y sobre todo China, es para el singani un mercado insaciable, en ese contexto se abre un mercado internacional inédito, lo que nos marca como meta en los próximos cinco años lograr una exportación del 80% de nuestra producción.

Justamente nuestra fuerza de promoción y marketing lo estamos apostando con mucho énfasis en esos mercados, dado que nos está dando excelentes resultados, más aún cuando se trata de entrar a los mercados más exigentes y controlados del mundo.

P. ¿Qué volúmenes de exportación se tiene a China y México?
F.M.: Obviamente, el proceso en volumen de exportación es gradual y largo. A China se exportó los primeros contenedores en diciembre de 46.000 botellas, cuyo proceso resultó tres meses de pasar los exámenes, de importación y de químicos y demás. Hace tres semanas nos dieron la luz verde y nos provocó una satisfacción terrible. Desde entonces arrancó la comercialización del singani en el mercado chino. Esperamos hasta fin de año duplicar esos volúmenes.

En cambio, a México se exportó en un primer contenedor de 15.000 botellas, que también hasta fin de año esperamos llegar entre ambos países a 80.000 botellas, al tratarse de mercados premium con bastante valor agregado.

P. ¿Es promisorio en términos de rentabilidad?
F.M.: Con relación al mercado interno es mucho más promisorio exportar, dado que en Bolivia tenemos una mala costumbre, en el que se depende mucho de compradores mayoristas que te acogen a crédito que normalmente te deja sin liquidez. Ese es el problema.

Además, es muy difícil competir en el mercado boliviano, donde hay la adulteración de bebidas que nadie controla y la presencia del contrabando que hace difícil competir entre nosotros. Hay que trabajar mucho en eso, porque afecta a todos. El sector necesita apoyo e incentivos para la cadena productiva.

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