Los avances de la tecnología han permitido desarrollar más y mejores herramientas en diferentes áreas como la medicina, las telecomunicaciones y la educación, pero finalmente, una de las áreas que más interés ha cobrado, ha sido la aplicación de las neurociencias en el marketing, campo de estudio y trabajo denominado neuromarketing.
En ese sentido, esta exploración del marketing y las neurociencias ha comenzado a (re)descubrir la mente del consumidor desde una mirada científica de herramientas del Eye Tracker (lector de retina) y de los sensores de impulsos eléctricos en el cebrero. Justamente, el día jueves 20 de marzo, tuvimos el gusto de estar presentes en la Conferencia de Marketing e Innovación donde participaron destacados profesionales como Marcos Delgadillo, Pedro Cabrero y Jurgen Klaric. Este último, como experto mundial en el área de Neuromarketing, ejecutivo de la empresa Mindcode.
Jurgen Klaric hizo referencia a cómo en este momento, las marcas están reconsiderando la investigación de mercado a partir de lo que sabemos (o creemos saber) de nuestro consumidor. Citó un ejemplo curioso: muchas empresas de alimentos han realizado sendos estudios preguntándole a la gente qué es lo que quieren comer, y por supuesto, surgió la tendencia actual que es comida sana, dietética, baja en calorías.
Por lo tanto, con estos “inputs” dichas empresas crearon esos productos a ofrecer, pero los resultados no fueron nada buenos, al contrario, cifras rojas preocupantes que hacen pensar qué es lo que hicieron mal.
La respuesta: el 85 por ciento de la toma de decisiones en una compra es totalmente subconsciente, y el consumidor que dijo que quería una alimentación sana (racional) en realidad, terminará comprando un producto totalmente diferente (emocional).
Klaric mencionó a Subway que diseñó combos especiales con sandwiches sanos y dietéticos, cuando en realidad, su mayor margen de venta está en las galletas con chips y las papas fritas. Asimismo, el caso de Mc Donalds y su menú con ensaladas en tanto que Burger King lanzó un producto llamado “Heart Attack Sandwich”, un combo de más de 1000 calorías con doble carne, doble queso y doble tocino.
¿Sabe cuál fue el más vendido? Exactamente. Esa fue la diferencia en la aplicación de técnicas tradicionales de marketing versus neuromarketing.
Ahora, en ese sentido, Jurgen Klaric hizo hincapié en el costo de los equipos para poder aplicar neuromarketing debidamente, y que el monto puede llegar fácilmente al medio millón de dólares, por lo que muchas marcas quedarían relegadas por la inversión a realizar.
Sin embargo, su conferencia hizo énfasis en su nuevo libro titulado Estamos ciegos, donde no solo menciona la práctica del neuromarketing actualmente, sino de hacia dónde nos dirigimos como sociedad en términos de innovación, ya que, finalmente, esa es la vara con que mediremos el futuro: si tenemos la capacidad de crear nuevos escenarios y de adaptarnos a ellos.
Es por ello que el mensaje en tono de reflexión, hacia el final de su conferencia, fue el cómo convertir la ciudad de Cochabamba en un nuevo eje de innovación a través del cambio de pensamiento, de paradigma, de una mirada tecnológica pero también libre de prejuicios y con mente abierta para (re)descubrir nuevas posibilidades.
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