Con la intención de optimizar los procesos publicitarios, surgió una disciplina denominada neuromarketing, misma que analiza la actividad cerebral de las personas para conocer cómo responden ante determinados productos, envases, publicidad, u otros elementos.
Es decir, utilizando técnicas, como la resonancia magnética, los responsables de una campaña publicitaria pueden darse cuenta qué tipo de respuesta provoca un determinado estímulo en el cerebro de las personas y si esa respuesta se asemeja a lo que la marca deseaba, según el especialista en mercadotecnia, Guillermo Pérez.
Por tanto, una vez que los responsables publicitarios de determinadas empresas obtienen información a través del neuromarketing, pueden entender los deseos del cliente o si su producto es adecuado para el mercado.
REDES SOCIALES De un tiempo a esta parte, la disciplina del neuromarketing abarcó también las redes sociales, ya que una de las ventajas de este medio de comunicación, es que funciona a la inversa de la televisión, aparato en el que los mensajes van en una sola vía, es decir no hay interacción directa con la audiencia y los anunciantes hablan de sí mismos todo el tiempo.
En contraposición, a la situación descrita, en las redes sociales se pueden crear vínculos que, en breve, son positivos para cualquier marca.
TÉCNICAS Uno de los planteamientos del neuromarketing, es que el cerebro reacciona mejor ante una historia, que ante un mensaje aislado, y los blogs o redes como Facebook y Google+ permiten publicar historias donde se hable sobre un tema de interés para captar la atención de la gente. Por tanto, esta es una manera de sacar ventaja del neuromarketing en las redes sociales.
Otra técnica que deriva del neuromarketing indica que el cerebro del cliente reacciona de forma positiva ante estímulos de “¿Te gusta?” en lugar de “¿Te sirve?”. De esta manera se puede generar un vínculo emocional entre la marca y el cliente.
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