Acaba de salir la segunda edición de mi libro “Economía Monetaria”. El libro, que es un tratado de teoría y política monetaria, expuesto en 13 capítulos, con 675 páginas, dedica el primer capítulo, en 100 páginas, a lo que es una economía de mercado.
¿Por qué? Dos razones: primero, no tiene sentido referirse al rol del dinero al margen de los mercados, lo cual obliga a comprender adecuadamente los principios y leyes básicas de la economía. El mercado implica intercambio, la relación social por excelencia.
Segundo, la economía de mercado denominada también sistema de mercado, implica que el intercambio económico se ha generalizado, globalizado y se ha impuesto en todos los países del mundo. No existe un sistema económico alternativo.
¿Por qué se impuso la economía de mercado en el mundo? Porque responde a las leyes de la economía, lo que ha permitido reducir drásticamente la pobreza. No hace más de 200 años, el 85 por ciento de la población vivía en extrema pobreza. Hoy, sólo el 14 por ciento vive en pobreza.
¿Por qué, con este resultado sorprendentemente favorable, sigue existiendo un rechazo ideológico hacia el mercado por parte de la intelectualidad? La respuesta está en la abrumadora influencia del marxismo y en la predominancia de los nacionalismos y de la política. El marxismo y las ideologías socialistas en general, se caracterizan por destacar la desigualdad que se genera cuando comienza a desarrollarse la economía de mercado, lo cual es cierto.
El marxismo ofrece el paraíso terrenal, pero cuando se ha intentado generar un sistema económico a partir de la ideología marxista, lo que se logra es ser "iguales, pero pobres”.
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