domingo, 2 de marzo de 2014

¿El misterio de los 20 dólares que nadie queria recoger?

Los billetes tirados en el suelo no duran mucho tiempo ahí. El primero que los ve, se los lleva –con más o menos disimulo. Por eso cuesta tanto encontrar alguno. Tampoco es fácil encontrar un inversor que nos haga una proposición como ésta: “Por cada dólar que tú ahorres, yo voy a poner 10”. Es decir, te voy a financiar más del 90% de tu inversión. ¿Cuánta gente rechazaría esa oferta? Es de imaginar que la inmensa mayoría aceptaría un trato de estas características. Y, sin embargo, muchos la rechazan.
En Brasil, el Programa del Micro Emprendedor Individual hace una oferta similar a los 16 millones de cuenta propia del país. Hay dos datos interesantes sobre la aceptación de este programa. Primero, hasta hoy se han inscrito unos 3 millones y medio; es decir, que solo uno de cada 5 microemprendedores acepta la oferta. Pero, en segundo lugar, solo alrededor de un 50% de los que se inscriben al programa acaban haciendo contribuciones regularmente y, por lo tanto, no van a aprovecharse de ese negocio tan ventajoso.
¿Cuáles son las razones principales para que los cuenta propia brasileños no se aprovechen de esta oferta? Principalmente lo atribuimos a cuestiones de falta de información o de dejadez. Nadie está realmente pensando en su vejez. En encuestas realizadas por el BID mostramos que más del 50% de los personas que están cerca de jubilarse jamás han pensado nunca en cómo financiarán su vejez.
Todo esto pone de manifiesto que tal vez tenemos que pensar en la manera de hacer más fácil ahorrar, con fórmulas que no necesariamente pasen por aumentar el retorno al ahorro (lo que el Estado financia a partir de nuestras aportaciones). Por tanto, hay que encontrar mecanismos innovadores para hacer más fácil ahorrar para una pensión. Hacer que los ahorros se puedan hacer desde el teléfono móvil, con las facturas de la luz son opciones que pueden tenerse en cuenta./http://blogs.iadb.org/

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