lunes, 11 de abril de 2016

Segunda y última parte de la entrevista con el ingeniero Edmundo Zelada, experto en la elaboración de proyectos industriales



Segunda y última parte de la entrevista con el ingeniero Edmundo Zelada, experto en la elaboración de proyectos industriales y planificador del desarrollo económico local. Habiendo trabajado durante 25 años con la Cooperación Suiza en Sucre, ahora comparte sus conocimientos con los profesionales del Grupo de Desarrollo Rural (G DRU).

En esta página completamos las ideas que Zelada comenzó a desarrollar en la edición de CAPITALES del martes pasado.

CAPITALES (C). ¿Cuál es la importancia de la concertación a la hora de fijar una visión común en la agenda de responsabilidades compartidas?
Edmundo Zelada (EZ). Todo lo que le he dicho no se puede lograr si no hay una verdadera concertación entre los actores participantes de este proceso. Concertar no es únicamente dar participación. Se suele decir que se ha concertado porque se ha preguntado y nada más, o en los planes se ha leído y finalmente todo el mundo lo aprueba y nada más.
Concertar es ponerse de acuerdo y advertir cuál es el aporte de cada una de las partes que concertan, qué espera cada una de la otra y, por último, cómo permanentemente se va construyendo este proceso. O sea, la concertación no es un fenómeno episódico ni aislado, es un proceso constante.

C. ¿Y qué tiene que ocurrir, por ejemplo, para que haya concertación?
EZ. Pero para que haya concertación tiene que haber fortaleza institucional. Una entidad pública, el Gobierno municipal, por ejemplo, que no goza de una fortaleza institucional, con credibilidad y confianza, no es capaz de concertar.
Lo mismo ocurre con el sector productivo. Un sector productivo, privado, que no está dispuesto a proporcionar esfuerzos, recursos financieros y humanos, tampoco es un elemento de concertación. Estará dispuesto a pedir, pero no a aportar. Y en el caso del sector público a imponer, pero no aportar.

C. ¿Destaca usted algunos esfuerzos realizados en este sentido a lo largo de la historia en Chuquisaca?
EZ. Las Direcciones Locales de Promoción Económica, que no son instituciones sino espacios de concertación con el apoyo de actores públicos y privados. Funcionaron sobre todo en el Chaco chuquisaqueño, donde tuvo mayor acogida.
Pero a raíz de la Ley 144, que impone la formación de los Consejos de Desarrollo Económico Regional, se han destruido estos espacios de concertación y se han reducido a meras prácticas en las cuales el Estado propone y las comunidades, que no son actores económicos como tales, aceptan.

C. Para aclarar: ¿cuál es, en su criterio, la diferencia entre “actor económico” y “comunidad”?
EZ. Un actor económico es alguien que tiene la visión de generar recursos económicos, excedentes; es decir, un fin de lucro. En cambio una comunidad, que es un conjunto de personas agrupadas en un determinado espacio, no es, en sí, un agente económico, sino más bien un actor social cuya misión es conseguir más bien que se atienda a la sociedad.
Ese ha sido el quiebre. Incluso en las nuevas disposiciones, los gobiernos municipales tienen miedo a invertir en acciones que promuevan el desarrollo de los actores económicos, los empresarios entre comillas, porque dicen que el sector público no puede invertir en iniciativas privadas. Eso no es cierto.
Es verdad: no se trata de que el sector público regale, por ejemplo tractores, pero sí que genere condiciones, apoye a elaborar proyectos para las iniciativas más interesantes, ayude a capacitar o a conseguir financiamiento para los productores, haga un acompañamiento permanente, genere las condiciones de infraestructura, vías de comunicación, energía, gas, o ayude a vincular a los productores con los compradores, a buscar importadores interesados en la producción propia.
Hay temor en algunos alcaldes a la Ley Quiroga Santa Cruz, se ha perdido esa capacidad promotora del desarrollo económico a nivel local. Pero esto depende del modelo que se adopte: si el Gobierno es el principal actor económico, generando industrias y después de financiarlas, administrándolas, está haciendo lo contrario de promover; está haciendo competencia al sector productivo.
La moraleja acá es: Habría que volver a trabajar en la generación de espacios verdaderos y permanentes de concertación entre actores públicos y privados para generar un DEL sostenible, eficiente, productivo. Es mejor tener cien microempresas ligadas entre sí que una o dos grandes empresas que no movilizan una economía local.

C. Entonces, ¿en qué punto de este proceso nos encontramos?
EZ. Otra cosa que ha sucedido es el paternalismo que se exacerbó. Ya existía de alguna manera y se intentó combatirlo por parte de las ONG, había ONG paternalistas que hacían todo regalado y, cuando se iba la ONG, todo se caía; eso ha sido sustituido por el paternalismo del Estado. Entonces, eso coarta las capacidades propositivas de los potenciales inversionistas, porque es más fácil pedir directamente que hacer el esfuerzo de proponer. La concertación no es para pedir, sino para proponer hacer cosas.

C. ¿En Sucre, en definitiva, tenemos una instancia promotora de esa concertación?
EZ. En Sucre no hay una instancia corporativa, público – privada, de concertación. Hay algunas, pero ninguna reúne las características de ser espacios permanentes, constituidos, consolidados, porque no hay quién promueva la concertación.

C. ¿Por qué?
EZ. Por debilidad institucional, falta de autoridad moral, de confianza, de credibilidad. Pero, en principio, falta el querer hacerlo. Si no se quiere, si no hay voluntad para esforzarse para concertar, no se va a concertar. Si no se tiene la capacidad para promover esa concertación, dada por la confianza, la credibilidad, fortaleza institucional, no se va a poder hacer. Y el sector privado en nuestro medio es muy débil, muy débil.
En este momento no hay una instancia que promueva el desarrollo económico identificando potenciales inversionistas y oportunidades, ayudando a elaborar planes de negocios, disponiendo medidas de incentivos, por ejemplo, con la liberalización de impuestos a la producción por lo menos en los primeros años, concursos de iniciativas, etc.
Y a esto se suma la preocupante migración rural. Muy pocas familias siguen cultivando ají, por ejemplo, o entre las familias productoras solo los mayores porque los jóvenes se han venido a la ciudad.

C. ¿Qué sugiere hacer frente a esta realidad?
EZ. Habría que pensar en nuevos lineamientos, en una estrategia de desarrollo económico rural productivo y urbano productivo. Se debe promover las estructuras como la ADEL —Agencia de Desarrollo Económico Local, en los gobiernos municipales—, esas son las agencias que hay que fortalecer.

"Es mejor tener cien microempresas ligadas entre sí que una o dos grandes empresas que no movilizan una economía local."

"Había ONG paternalistas que hacían todo regalado y, cuando se iba la ONG, todo se caía; eso ha sido sustituido por el paternalismo del Estado."

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