Dos son los principales instrumentos económicos que tiene la política económica en cualquier país del mundo y son la política fiscal y la política monetaria. Son los instrumentos que tiene todo gobierno para asegurar que toda economía nacional se mueva en un situación de equilibrio macroeconómico.
También ambas políticas tienen por objeto, en el corto plazo, administrar adecuadamente el ciclo económico para que no se produzcan auges o recesiones económicas.
En el largo plazo, la política fiscal debería dirigirse a romper cuellos de botella que se estén presentando y que impiden que aumente la capacidad potencial productiva de un país, lo que es lo mismo decir que el gasto público debe estar dirigido a la construcción de infraestructura y hacer todo aquello que no es de interés directo del sector privado.
La política monetaria, en el largo plazo, debería impedir la presencia de la inflación de precios no sólo de los bienes y servicios sino también asegurar la estabilidad del nivel de precios de los activos financieros.
En Bolivia la política monetaria es expansiva, esto quiere decir que el dinero continuamente se está expandiendo, sin embargo, la inflación es baja en comparación a la creación de dinero. ¿Por qué?
Hay dos explicaciones: la primera, es que en el país hay sectores rurales que en las dos últimas décadas han ingresado a la economía monetaria. La segunda, es que hay un abundante ahorro financiero.
Sin embargo, el hecho de que la política monetaria sea siempre expansiva en Bolivia, mantiene latente que en algún momento se despierten expectativas de inflación por encima a la inflación efectiva.
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