Alejandro Núñez Consultor de Innovare
Al encerrarnos en los problemas del presente, a veces nos olvidamos de planear el futuro. Un gran problema dentro de las micro y pequeñas empresas es la cuestión de que al enfocarse en ir arreglando los problemas que se vayan suscitando en el momento, se olvidan de planear y prevenir el futuro.
Un ejemplo es el de la diferencia entre un cliente y un consumidor. Un cliente es una persona que hace negocios con su empresa en el presente y sigue haciéndolo en el futuro; un consumidor simplemente es alguien que hace negocios en el momento.
Las empresas muchas veces se enfocan a generar consumidores y no clientes, puesto que usualmente pierden negocios a futuro por conseguir una venta en el presente. El punto detonante de convertir un consumidor en un cliente leal es el trato de los empleados; mas allá de la calidad del producto, el precio o las promociones, el trato que recibe la persona por el personal es el papel definitivo que logrará obtener negocios a largo plazo.
Lamentablemente para las empresas, inculcar una cultura de negocios a largo plazo dentro de sus empleados es muy difícil, ya que éstos no le ven la importancia debida, pues consideran que su trabajo es únicamente atender a los consumidores y generar ventas en el momento.
Sin embargo, no se dan cuenta de la responsabilidad que recae en ellos el lograr si el negocio será exitoso o no.
Un factor muy determinante al momento de tratar con clientes es nunca menospreciarlos; es decir, nunca juzgar una venta o una relación por la apariencia, edad o sexo del cliente. En conclusión, empiece por enfocarse en negocios a futuro, empiece por generar clientes y no sólo consumidores.
Negocios Muchas empresas no tienen visión a largo plazo y se concentran en cerrar negocios en el presente, sin pensar en el futuro.
Un ejemplo de esta falencia es que los empresarios en todos los sectores no saben diferenciar entre un cliente y un consumidor
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