En el siglo XVI se hizo dominante en Europa lo que se vino a denominar la etapa mercantilista de la economía.
Una de sus características fundamentales es la siguiente: en su relacionamiento con el mundo exterior lo importante son las exportaciones y no así las importaciones. Se busca una balanza comercial positiva, es decir, hay que exportar más de lo que se importa. ¿Qué se debe hacer con la diferencia? En esos tiempos el medio de pago que regía el comercio internacional era el oro. Por tanto, lo que debía hacerse era acumular oro.
Se espera que durante 2015 el valor de las exportaciones del país caiga. Los primeros datos correspondientes a enero y que se han sido publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) confirman el hecho. El valor total de exportaciones cayó en un significativo 23% con relación a enero del año anterior. Este hecho tuvo una amplia cobertura en los medios de comunicación, pero no sucedió lo mismo con la caída del 15% en importaciones.
Nueve son los productos de exportación -excepto el oro, del cual es dudoso que sea boliviana- y que representan el 90% del total para el primer mes de este año. Esta concentración estructural de siempre, en pocos productos exportables de la economía boliviana, hace recomendable tener exportaciones mayores a las importaciones, para mantener la diferencia como reserva internacional, la cual pueda financiar las necesarias importaciones que requiere el normal funcionamiento de la economía, aunque caigan las exportaciones.
Los nueve productos y en orden mayor a menor importancia en valor, para enero, son: gas, zinc, plata, soya, estaño, plomo, quinua, nueces y combustibles. Todos cayeron, con excepción de la plata, pero la mayor tasa de caída la recibió el rubro de los combustibles con un 81%. Por supuesto, lo que interesa es la caída del gas que estuvo cerca del 30%, porque es de lejos el de mayor valor.
Las importaciones cayeron en todos los rubros: "otros bienes” en 65%, efectos personales en el 40%, combustibles en el 38%, bienes de capital en el 27%, alimentos y bebidas en el 23%, suministros industriales en 8%, y "otros bienes de consumo” en 3%. La excepción son equipos de transporte que se expandieron en un 7%.
A pesar de la gran caída de exportaciones y de las importaciones, en enero se mantiene un saldo favorable en la balanza comercial.
La pregunta que es necesario hacerse es: ¿por qué cayeron las importaciones? La primera respuesta es que la actividad exportadora en Bolivia también es importadora, de tal manera que si la primera cae, arrastra a la segunda. Otra explicación de la caída de las importaciones indica que es una señal de una menor dinámica de la economía en su conjunto.
Una continua aseveración del gobierno del presidente Morales es que el buen crecimiento de la economía se debe a la dinámica de la demanda interna, es decir, incremento en el consumo y la inversión tanto privada como pública. Pero lo que no se dice es que gran parte de los bienes que se consumen, y ni qué decir de la inversión, tienen un fuerte componente importado. Todas las actividades económicas que se realizan en el país para satisfacer la demanda interna son efectivas gracias a las importaciones.
Por tanto, la caída de las importaciones es una señal también de la pérdida de dinámica de la economía nacional.
El Gobierno acaba de indicar que ha revisado sus metas económicas para 2015. Ha bajado a un 5% de crecimiento del PIB, sigue siendo alto. En segundo lugar ha planteado un incremento preocupante del déficit fiscal, al 4,1%. Esta es una señal de que quiere acelerar el gasto público para dinamizar la demanda interna, cuando esto no es aconsejable, puesto que venimos de una dinámica muy fuerte de este elemento.
Con un déficit fiscal menor, en Uruguay la nueva administración de ese país está buscando disminuirlo, algo que también debería hacerlo el Gobierno de Bolivia. Es fácil caer en un gran déficit fiscal, como el país lo hizo durante 2014, lo difícil es revertir esta tendencia.
Hay que lamentar también que el Gobierno en lugar de apuntalar una menor tasa de inflación para este año, que inicialmente la ubicó en un 5%, ahora está apuntalando incrementar a un 5,5%. Estas tasas de inflación son incompatibles con un tipo de cambio fijo al que país hace rato se adhirió.
*Profesor emérito de la UMSA y Miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.
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