martes, 31 de marzo de 2015

"Marca personal" o cómo "venderse" a sí mismo


Marca personal es una nueva metodología para el desarrollo profesional. Sus inicios se remontan a finales de los años 90, cuando Tom Peters, Gurú reconocido en Gestión del Talento Humano, propuso por primera vez el manejo de este concepto (en inglés Personal Branding).

Se propone que cada persona se maneje como lo hacen las marcas de productos (o servicios) en el mercado. Vale decir que hay que desarrollarse como producto, comunicarse con el entorno que le interesa a fin de ser reconocido en el ámbito, en este caso el profesional y así captar la atención de consumidores/clientes. Y así, cada herramienta de la mercadotecnia se aplica al ser humano. Esto también se conoce en el mercado profesional como marketing personal (o self marketing).

Esta metodología surge de la necesidad de encontrar trabajo en aparentes tiempos de crisis. Se nos enseña en la escuela y la universidad que crisis en japonés significa “oportunidad” y, en esa línea, tendríamos que aprovecharlas para lograr nuestros propósitos. Aplicado al ámbito profesional, el éxito o el fracaso para acceder a un puesto de trabajo, depende muchas veces de la habilidad que tengamos para “vendernos” como profesionales. Por ejemplo, en la hoja de vida (currículum vitae) que enviamos a las postulaciones que publican las empresas, uno debería transmitir información vital que debería llamar la atención del entrevistador, como los logros conseguidos en un anterior trabajo. Considere que un empresario no contrata personal para que le genere más “gasto”, sino “valor” o mejor dicho mayores ingresos monetarios, sea el encargado de limpieza, o sea, el gerente de finanzas. Todos deberían generar valor.

El concepto de marca personal nace, a su vez, de la misma necesidad de las empresas de contar con personal competente.

Las empresas quieren profesionales especialistas con amplio conocimiento y experiencia, y con ese sello de pasión que los diferencia del resto. Esos profesionales son los que “Marcan” la diferencia y logran conseguir trabajo… incluso los mejores trabajos.

También otro aspecto relevante a considerar que soluciona esta metodología, o dicho de otra manera “forma de pensar”, es la carencia de líderes en los cargos jerárquicos. Es usual encontrar personal académicamente apto para cargos altos, pero no preparados para manejar personal, hacer coaching, servir de ejemplo e inspiración, y así podríamos mencionar más características de los jefes ideales. Cuando uno se considera marca personal, se convierte en una “empresa con patas” o, como lo dijo Tom Peters, “YO S.A.”.

Este profesional ya no cumplirá con funciones u horarios, se enfocará en conseguir resultados en el tiempo que le tome su proyecto laboral; ya no mirará a su jefe como “jefe”, sino como otra empresa que necesita de sus servicios y su sueldo se convierte en sus honorarios. En resumen, es una herramienta altamente efectiva para trabajar en cualquier oficina considerando al resto como sus clientes y no así como colegas o jefes.

Andrés Peréz, reconocido promotor español de esta metodología, propone diferencias entre ser empleado y marca personal (ver gráfico 1. A lado, un proceso sencillo para convertirse en marca personal).

No olvide que al convertirse en una marca personal, uno trabaja en pro de una visión personal, por lo cual no se sienta mal si el proyecto o el trabajo en el que actualmente se encuentra es momentáneo.

Su nueva forma de pensar le enseñará a preparar nuevas oportunidades para lograr sus objetivos y sus anhelados sueños.

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