El director financiero (CFO, por sus siglas en inglés) asume cada vez un rol más protagónico en el mundo corporativo, no solo por ser el ‘guardián’ de la bonanza financiera de una empresa, sino por su habilidad para ‘salvar las papas’ en momentos críticos.
Según un estudio de la firma de recursos humanos Ghidini Rodil, la función del director de finanzas se volvió clave en términos de manejo de caja, administración de deuda y gestión del riesgo. Explica que el perfil de este cargo, ahora, es el de ‘controller’, alguien acostumbrado a blindar balances ante la devaluación y que mira cada línea.
Denise Hurtado, CEO de BPO Center explica que la práctica más utilizada por las empresas es contar con un director de finanzas y un ‘controller’ que haga seguimiento al presupuesto y a los indicadores claves establecidos por el equipo de líderes.
Para Javier Gutiérrez, gerente de la consultora boliviana Ceare, las empresas antes enfocaban todos sus esfuerzos en la comercialización, tal vez sin un norte en el manejo correcto de su efectivo, ingresos, cuentas por cobrar y por pagar, pero ahora el CFO se ha vuelto una pieza clave.
Gutiérrez señala que cuando una compañía está empezando a tener números rojos es que recién se recurre, como para apagar un incendio, a este tipo de profesionales, para que reorganice y estructure los activos y los pasivos, lo cual, a su criterio, no debería ser así.
El consultor en estrategias, Jhonny Atila, explica que hoy ocho de cada 10 CFO de grandes compañías supervisan otras áreas de negocio, y en pequeñas compañías en su totalidad son responsables de otros departamentos, según un estudio de la compañía IBM.
Atila agrega que la demanda de este profesional aumentó por la crisis económica mundial y los cambios en el macroentorno
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