Sí, los bibliotecarios pueden cambiar el mundo. Robert Darnton reúne en sí las cualidades de todo utopista práctico: hace que las cosas sucedan. Y lo que le ha sucedido a la humanidad es una biblioteca pública digital. Gratuita. Digital Public Library of America: dp.la. Todos pueden y deben acceder a todo el conocimiento: libros, películas, videos, investigaciones científicas. Es un investigador de la historia de la lectura y bibliotecario. Dirige la biblioteca de la Universidad de Harvard. Fue invitado a Santa Cruz por la Universidad para el Desarrollo y la Innovación (UDI) y EBSCO Information Services. El 14 de julio dio una conferencia acerca de la información científica y las bibliotecas electrónicas.
Como historiador, usted no confía en los periódicos. ¿Por qué?
Me entrené en Oxford yendo a los archivos y quedé impregnado con lo que se llama empirismo inglés. La mayoría de mis libros fueron escritos después de años de estar en medio de manuscritos como fuentes. He ido a París, a Berlín y a varias bibliotecas y archivos para buscar respuestas a preguntas que consideraba importantes. No solo leo los libros de otros historiadores, sino que trato de consultar manuscritos.
…la fuente original.
En las fuentes originales se encuentra incluso lo que uno no estaba buscando. La emoción para mí al hacer historia es una constante exposición a los archivos y hacer descubrimientos para ayudarnos a entender la condición humana.
En nuestros días, después de empezar con Gutenberg y llegar hasta Google, ¿en qué clase de lectores nos estamos convirtiendo?
Algunos piensan que Google está haciendo más estúpida a la gente. Hay un artículo que se llama Cómo Google lo está haciendo estúpido. No lo creo. Está basado en una teoría según la cual las sinapsis del cerebro se desarrollan de cierta manera que se acostumbran a leer textos cortos y no largos. No podemos sostener la atención ni la concentración y todo se simplifica. Afecta físicamente la organización de nuestro cerebro y la manera en que los impulsos eléctricos van a través de las sinapsis. Eso está lejos de ser probado.
La ciencia del cerebro está en su infancia, en los comienzos, como para decirnos algo acerca de cómo la gente opera su mente, cómo procesamos la información sensorial y las palabras. La respuesta: no la sabemos. Cada día, alguien se queja conmigo, como jefe de una gran biblioteca, de que la gente no lee tan seria y profundamente como antes.
¿Y qué responde usted?
Uno: les pregunto, “¿usted sabe si la gente leía seriamente?”. Dos: la lectura se está diversificando, no haciéndose más superficial.
¿Es, quizá, el mismo fenómeno de la escritura? Para conversar ahora se escribe más. Los adolescentes escriben más, aparentemente.
- Sí. Hay más comunicación a través de la palabra escrita, aunque es una escritura permisiva, la gramática es mala y la pronunciación… olvídelo, se usan abreviaciones. No sabemos qué tan profundo es este cambio, pero sí sabemos que internet permea a todos en la vida diaria, al menos en el mundo desarrollado. Hay diferencias acerca de cómo la gente se orienta en su entorno.
Democratización de la información. Eso es clave en nuestra época. ¿Estamos cerca de alcanzarla?
- Fue el tema de mi charla. Creo que la tecnología moderna –internet- hace posible la democratización del acceso a la información de una forma que era imposible hace 200 años. Gente como Condorcet en Francia o Jefferson en las colonias americanas estaba de acuerdo en que la república dependía del acceso a la información, de que los ciudadanos debían saber lo que estaba ocurriendo.
La palabra impresa a través de periódicos, panfletos y libros era crucial. Pero hace 200 años solo una minoría podía leer y entre los que leían, pocos podían comprar libros. Internet está disponible para todos, aunque hay un internet dividido. En los países en desarrollo a veces no hay.
- Solo el 30% de la población mundial tiene acceso a internet. ¿Los Estados ayudan o perjudican la democratización de la información?
Más o menos. La democratización es una posibilidad real. Está ocurriendo, pero la comercialización es una fuerza que se opone. Me preocupa que intereses comerciales vayan a dominar internet.
La amenaza que vemos casi cada día es un intento de convertir internet de un espacio libre y disponible para todos, en un área loteada y con intereses comerciales que controlan el acceso. Google lo hizo cuando trató de crear una biblioteca comercial. Nosotros peleamos creando una biblioteca digital pública de Estados Unidos, con libros disponibles gratuitamente para todos. Los ciudadanos deberían estar constantemente preocupados por el peligro de la comercialización.
Deberían protegerse contra los intereses comerciales y tomar internet, que debe pertenecer a todos.
¿Incluso con las investigaciones científicas?
En Harvard todas las investigaciones científicas deben ser gratuitas para el público. Tenemos un repositorio de acceso abierto. Todo artículo nuevo escrito por un profesor de Harvard, incluyéndome, debe estar depositado en este repositorio. Todos en el mundo pueden leerlo. Esto es un gran cambio. Cada semana recibo un reporte del número de lecturas o descargas de mis artículos en este repositorio. Creo que la semana pasada hubo como 2.000 lecturas de casi 260 países. Es una difusión de ideas mayor a la que sería posible en una revista electrónica o periódico.
¿Diría que esto es una revolución?
La palabra revolución está sobreutilizada. Soy especialista en la Revolución Francesa. He leído en los periódicos que hubo una ‘revolución en la moda masculina’s; o una ‘revolución’ en el estilo de defensa en el fútbol. La palabra revolución está perdiendo su fuerza. Pero creo que este cambio actual es incluso más grande que el cambio con Gutenberg.
De hecho, cuando estudiamos la revolución de Gutenberg, algunos de los resultados son sorprendentes. Por ejemplo, la publicación de manuscritos, de libros escritos a mano, se ha incrementado después de Gutenberg. Por lo tanto, la impresión no destruye la publicación de copias manuscritas; en realidad, las estimula.
Hemos aprendido que la edición de manuscritos continuó en los siglos XVI, XVII y XVIII. Estamos aprendiendo cosas acerca del ambiente de la comunicación. Un medio de comunicación no desplaza a otro: conviven simultáneamente. Eso está pasando hoy con la imprenta y la comunicación electrónica.
Finalmente, ¿qué diferencia hay entre la naturaleza de la lectura en el siglo XIX y la de la actualidad?
Algunos tratamos de hacer una historia de la lectura. Empezamos con la presunción de que la lectura no ha sido siempre la misma en todas partes. ¿Cómo puede ser posible? Porque cada sociedad en diferentes lugares y épocas ha sido distinta. Es un reto difícil. Tenemos muy poca información acerca de cómo leía la gente realmente. En la Edad Media la gente leía en voz alta. La lectura silenciosa es relativamente reciente. Se leía en grupos, no en soledad. Ahora, nuestra idea de un lector que se sienta y estudia probablemente no es cierta para la mayoría de las lecturas en el pasado.
Por eso el estilo en los textos era distinto…
- …Porque se suponía que los libros y las cartas se leerían en voz alta. Cuando Voltaire las escribía, sabía que las leerían en voz alta en París.
La presunción que implicaba la comunicación era diferente. Hubo un cambio en la forma en que la gente leía en 1800. Antes de esa época, la gente no tenía muchos libros y leía los mismos una y otra vez. Alrededor de 1800, la clase media leía una sola vez y buscaba más porque había más libros disponibles. En el siglo XVII comenzó en Holanda, con el primer periódico verdadero, una nueva experiencia: la lectura de periódicos
No hay comentarios:
Publicar un comentario