martes, 15 de abril de 2014

La asertividad y el saber escuchar mejoran las actitudes de un líder



El desempeño de una compañía lo determina la calidad de la comunicación que existe en esta, y si se quiere tener una empresa de alto desempeño, debe haber conversaciones de alto desempeño, fue una de las frases con las que el director académico de la University of Southern California y miembro del Incae, Germán Retana, se refirió acerca de la importancia de la comunicación asertiva entre los miembros de una organización.
Para Retana, que estuvo en el país en días pasados para disertar en el cuarto seminario Gerentes líderes, organizado por el Grupo Lea, representantes en Bolivia del Incae, es fundamental que un buen líder sea asertivo y sepa escuchar a su entorno.

Beneficios de la asertividad
Retana explicó que una comunicación asertiva es aquella en la cual las personas dicen las cosas de manera directa, es decir, expresan lo que sienten y lo que piensan a quien deben hacerlo y no a terceros.

De acuerdo a Retana, las personas que son asertivas se expresan de una manera honesta, dicen lo que piensan y sienten de una manera adecuada, lo cual ayuda a que las organizaciones erradiquen las otras tres formas de comunicación que existen, aparte de la asertiva.

La primera de esas formas de comunicación que existen en las organizaciones es la pasiva, es decir, cuando una persona renuncia a sus derechos con tal de no tener ningún tipo de problema con algún compañero de trabajo o superior.

La segunda es la agresiva, que se da cuando una persona impone su percepción irrespetando el derecho de los demás; y la tercera es la pasiva-agresiva, en la que un trabajador expresa lo que siente y piensa a la persona incorrecta y del modo y en el lugar incorrectos, dando lugar a la tergiversación del proceso de comunicación.

“No solamente basta que un buen líder sea asertivo”, señaló Retana, que añadió que la cabeza visible de una organización también tiene que ser pragmático y saber escuchar.
Para Retana un buen líder es una persona que le da a la organización lo que ella necesita y de la manera correcta. Si un jefe no sabe cómo piensa y siente la gente con la que trabaja, porque no la escucha, crea un miedo que solo produce que los colaboradores expresen una realidad tergiversada, haciendo que dirija algo que no conoce.

“Es importante que los líderes se atrevan a recibir de sus colaboradores un intercambio de percepciones que definan el modo de comunicación que tendrá el equipo de trabajo de la compañía”, expresó Retana, que agregó que una persona que escucha, aprende, se vuelve tolerante, demuestra sabiduría e incorpora lo que las otras personas están pensando y sintiendo sobre decisiones que después les afectarán a ellos

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