Damián Valenzuela Mayer sabe entretejer las variables políticas con las económicas para luego dar un veredicto que lleve a tomar decisiones de negocio. Este hábito lo impulsó a crear diversas empresas en ocho países de la región que conforman la corporación Latin América Invest. Administran $us 3.000 millones de manera discrecional y participan en negocios por casi $us 15.000 millones en sectores como la agricultura, la minería, el consumo y la banca.
—¿Cuál es su portafolio principal de productos?
Somos una consultora económica que tiene presencia en todos los países de Latinoamérica y nos encargamos de analizar la coyuntura política, económica y social de un país para saber cuáles sectores son los que van a crecer o decrecer y a partir de eso le proveemos decisiones de negocio al empresario para que incremente sus ganancias. Latin America Invest está constituida por 14 sociedades.
— ¿Qué tipo de proyectos y sectores administran?
El retail, títulos valores, en mercados de capitales internacionales y en economía real. Hay sectores que privilegiamos de acuerdo a la coyuntura. Ahora, son la agricultura, la minería, el consumo y la banca. Y esto, no porque sean buenos sectores, sino porque hay oportunidades para ganar dinero.
— ¿La economía boliviana es tan vulnerable a los cambios externos?
Te doy un ejemplo: la guerra de Crimea ha generado que 60.000 empresas polacas que le vendían a Rusia ahora tengan que salir a vender al mundo. Una guerra o el cambio climático pueden cambiar la situación. Hasta un estado sicológico puede modificar una decisión. Las ideologías se mantienen mientras haya una buena billetera. Venezuela, por ejemplo, atraviesa por esa situación debido a que se acabó la billetera.
— Hoy, ¿cómo puede aumentar su patrimonio un empresario?
Conociendo el manejo de las inversiones a escala internacional, la configuración de los mercados, cómo se manejan los flujos, cómo impactan los cambios económicos y en la decisión económica de cada país. Por ejemplo, la suba de la tasa de la Reserva Federal de EEUU tuvo un impacto en los tipos de cambio de las monedas latinoamericanas. Venimos con una tasa fijada por la Reserva Federal casi nula y eso genera que haya un flujo de fondos de dólares que retorna a la economía latinoamericana y por ende, un proceso devaluatorio de las monedas latinas. Algunas más incipientes, como la argentina y otra más lenta como el sol, el peso chileno y el peso uruguayo.
—¿Cómo está la coyuntura económica en el país?
Bolivia está en ese término intermedio. En esta última década no recibió una creciente Inversión Extranjera Directa (IED) y eso genera de que no haya tanta salida de dinero porque no recibió mucho. La economía por el momento sigue blindada. Las reservas del BCB han crecido y la economía está sostenida por el consumo interno. Bolivia puede amortiguar la salida de fondos que hay de Latinoamérica, pero lo que tiene que aprovechar en esta época de ‘vacas gordas’ es generar modelos económicos sostenibles.
—¿Ese blindaje tiene que ver por el efecto de la bolivianización de la moneda?
Te voy a ser sincero: eso ha sido coyuntural. De todas las economías latinoamericanas, Bolivia es la que menos marca tenía para recibir fondos. Entonces, los inversores internacionales no veían a Bolivia como un lugar para poner plata. Lo que podemos decirle a los empresarios es que aprovechen este momento para profundizar su modelo de negocio, pero también para ‘latinoamericanizarse’.
—¿Qué significa que el empresario se latinoamericanice?
Significa mirar el mundo, el negocio y el mercado. Bolivia es un mercado de 10 millones de personas y en la región generamos un mercado de 600 millones. El día que la coyuntura económica marque un cambio de ciclo, nosotros tenemos que estar listos para poder compensar los procesos económicos. Un ejemplo es el empresario Marcelo Claure, que diversificó sus ganancias en decenas de negocios.
—¿Y cómo ve el sistema financiero boliviano?
Una perspectiva muy importante: la tasa de crédito se va a incrementar. Entonces, bolivianos endéudense porque dentro de un tiempo será más caro endeudarse. No es culpa de Evo, es la situación macroeconómica
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