domingo, 31 de mayo de 2020

5G Parte 1

En algunos países la tecnología 5G29 permitió aumentar la efectividad de la comunicación y el intercambio de datos para detectar a las personas infectadas y controlar la expansión del COVID-19, debido a que posibilita obtener información en tiempo real, conectar múltiples dispositivos con una latencia mínima y un gran ancho de banda.

China optó por el desarrollo y el uso de herramientas digitales para evitar la avalancha de pacientes en la red de hospitales. Desde las primeras semanas el país adoptó plataformas digitales para intentar descongestionar los centros sanitarios. Servicios en los cuales se cargaban el historial médico de los pacientes sirvieron para ser consultados fácilmente y ser analizados casi en tiempo real. Pruebas remotas, como las implantadas en el Hospital de Xuhui, en Shanghai, evitaron que las personas salieran de casa. La estrategia de salud digital se enfocó en el monitoreo, la cuarentena y el tratamiento.

A través de la tecnología 5G, ZTE y China Telecom transformaron el Hospital Occidental de China de la Universidad de Sichuan en el nodo central para conectarse con 27 clínicas del país, con el fin de realizar diagnósticos remotos sobre el COVID-19 y dar tratamiento oportuno a distancia.

Los operadores de telecomunicaciones implementaron un sistema de distribución interior 5G que permitió realizar consultas médicas por video a distancia. El 25 de enero se llevó a cabo la primera valoración en Wuhan por medio de la nueva red. Las clínicas en la ciudad se desbordaron rápidamente por pacientes con neumonía por COVID-19 o algunos que creyeron haberse enfermado. Ante esa situación, la posibilidad
de diagnosticar e incluso tratar a una parte de los pacientes desde otros puntos del país, fuera del epicentro de la epidemia y a través de redes de banda ancha, representó un desahogo para el sistema de salud.

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