Conocí una empresa en la que hay una combinación entre conocimiento formal y otro tipo de conocimiento dado por la experiencia. Ambos funcionan muy bien en el trabajo diario.
Recordé un concepto que tiene mucha actualidad “Capitalización del conocimiento” como disciplina que promueve una visión integrada para identificar, administrar y compartir todos los bienes de información de la empresa. Estos bienes incluyen las bases de datos, las políticas y procedimientos y en general los documentos escritos, así como la experiencia no articulada que reside en sus trabajadores.
El objetivo final de la capitalización del conocimiento es vincular a los usuarios del conocimiento corporativo con los recursos de conocimiento disponibles. Estos recursos caen en dos categorías: la primera es el conocimiento explícito, o aquel que ha sido formalmente identificado y registrado. El otro tipo es el conocimiento tácito, que poseen los individuos dentro de la organización.
La capitalización del conocimiento es entonces el proceso por el cual una organización identifica sus recursos de valor intelectual, explícitos e implícitos, los captura y luego provee acceso abierto a estos recursos en forma sistematizada.
En Bolivia existen muchas empresas que han estado trabajando en capitalizar de forma formal el conocimiento adquirido relacionándolo con la curva de la experiencia. Definitivamente la capitalización del conocimiento responde en primer lugar a una decisión estratégica de la empresa y luego al diseño de una estrategia apropiada que genere un procedimiento apropiado.
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