Cuando Erick Saavedra tenía 12 años, su padre le dijo que trabajaría en la empresa familiar (Toyosa). “Yo pensé que estaría en la oficina de mi padre tomando cafecito, pero él me envió al taller mecánico”, recordó. Así, lo que en principio fue un ‘castigo’ por sus travesuras escolares se convirtió en su pasión.
Hoy, es el director ejecutivo, pero cuando tiene tiempo se viste de overol y disfruta de trabajar entre los fierros de los vehículos Toyota, que su familia importa hace 35 años.
_ Usted fue embajador de Bolivia en Japón y se relacionó a Toyosa con el Gobierno, ¿algunas autoridades tienen acciones en la compañía?
Yo no soy político ni partidario. Fui invitado por el canciller David Choquehuanca para apoyar la misión boliviana en Japón por la experiencia que tengo en ese país. Estuve un año y ocho meses hasta enero de 2016. Me pareció interesante porque fue un honor servir a mi país y apoyar en algo. Soy una persona de trabajo y creo que la única manera de que un país crezca es generando empleo.
Acepté la invitación del canciller y surgió la noticia en medio de una coyuntura política, por lo que algunos señores no tuvieron mejor idea que inventar historias. Sin embargo, nuestros clientes conocen la trayectoria de Toyosa, nosotros nunca estuvimos involucrados en nada anormal, siempre trabajamos de manera honorable.
Cuando asumí como embajador di una conferencia de prensa y quizás ahí no aclaré las cosas, que Toyosa solo es de mis padres, Edwin Saavedra y Érika Mendizábal. Él fundó la compañía con mi madre, empezaron a trabajar con un capital prestado por mi abuela materna. Ellos trabajaron poco a poco, nunca pensaron que se convertiría en una compañía tan grande, pero le pusieron mucho esfuerzo, amor y ahora vemos los resultados.
En su momento, recibimos ataques bajos, pero nosotros decidimos defendernos con acciones, trabajando con estándares altos. Entonces, esta es una buena oportunidad para aclarar que no somos de ningún partido político.
_ ¿Qué rescata de su experiencia como diplomático?
Fue un orgullo. Siento un gran respeto por el presidente y el vicepresidente, tuve la oportunidad de verlos trabajar de cerca en gabinete desde las cuatro de la mañana. Admiro mucho al canciller, pero fue un capítulo en mi vida que ya es historia.
_ ¿Por qué renunció al cargo de embajador?
Mi padre me pidió que vuelva a Bolivia para ayudarlo porque él se estaba enfocando más en los proyectos inmobiliarios. Me excusé con el canciller por no acabar mi gestión, los temas familiares eran de urgencia. Renuncié en noviembre y me quedé hasta enero.
Él quedó satisfecho con el trabajo, fomentamos el turismo, cuando asumí, Bolivia recibía 3.000 turistas japoneses y con el apoyo del ex viceministro Marko Machicao hoy llegan casi 40.000. Además, se fortalecieron las relaciones con la compañía Sumitomo que hoy analiza cómo ampliar sus inversiones en Bolivia.
_ ¿Cómo fue retomar funciones en Toyosa?
No hay nada más gratificante que trabajar en lo que a uno le gusta porque si uno está frustrado transmite esa energía negativa a sus colaboradores. Si uno está feliz, esa felicidad se contagiará a los vendedores para que traten bien a los clientes e incluso llegará hasta el hogar. Entonces, uno tiene que disfrutar lo que hace para vivir.
_ ¿Está saturado el mercado automotriz?
En 2003 llegamos a tener 193 marcas en Bolivia porque había empresarios que viajaban a China y fabricaban vehículos a pedido con sus propias marcas. Entonces, los vehículos chinos crecieron hasta un 203%, pero ahora están con cifras negativas por la falta de servicio posventa.
Bolivia tiene 1,6 millones de vehículos circulando de los cuales el 80% tiene más de 20 años, entonces creo que hay un gran potencial. Además, 2015 fue el año con mayor cantidad de personas que pueden acceder a un crédito. Entonces, el sector automotriz tiene espacio para crecer, pero debe hacerlo a través de innovaciones tecnológicas que permitan brindar mejor servicio y calidad en la experiencia de compra.
_ Toyota desarrolló vehículos que funcionan a hidrógeno, ¿los tienen en Bolivia?
El hidrógeno como combustible lo viene probando la NASA hace 30 años y hoy es una realidad en los vehículos. En 2015, Toyota sacó el modelo Mirai (futuro) que funciona en base a hidrógeno. Se prevé que en los próximos 20 años el sector automotriz trabaje en base a fuentes que no son fósiles (gasolina, diésel o gas), ya son una realidad los que funcionan a electricidad.
Nosotros tenemos dos híbridos, un Prius y una Highlander que te permiten recorrer 2.000 km sin combustible. ¿Cómo funciona? Arrancas el vehículo y deja de funcionar a gasolina para operar con electrónica. Es una tecnología muy limpia, no contamina.
_ ¿Están a la venta?
Ya vendimos dos. No trajimos muchos porque son caros y Bolivia no ha emitido una norma que beneficie la importación de motorizados que no consumen combustibles fósiles. Debería hacerlo porque así se cuida el medioambiente debido a que no contaminan.
_ ¿Cuánto cuestan los vehículos a hidrógeno?
El primer vehículo a hidrógeno, que se creó hace 15 años, llegó a costar $us 10 millones, pero se empezó a masificar la producción y hoy en Japón y EEUU ese coche vale $us 50.000, en tres años estará en $us 25.000 y en nueve años es posible que ya se cotice en $us 11.000.
_ ¿Han percibido la desaceleración económica?
Hay muchos elementos, primero Bolivia ya no es la que era hace cinco o diez años. La gente ha cambiado. Debido a los viajes que hago al exterior te puedo asegurar que comprar comida en Santa Cruz es igual o más caro que comprar comida en Miami. No entiendo por qué las cosas se encarecieron tanto. La gente tiene incertidumbre, creo que la banca es excelente, hay dinero para prestar, pero si la gente no tiene la confianza no se va a prestar. Confío en que la desaceleración sea un periodo cíclico.
¿Incide en los precios?
Sí, porque tienes un costo financiero que debes asumir.
_ ¿Van a instalar una planta ensambladora de vehículos?
En El Alto vamos a instalar una planta de los camiones Hino y queremos que se utilicen productos fabricados en Bolivia, vidrios y algunos otros componentes. En la segunda etapa queremos ensamblar buses del transporte público, no más grandes, pero sí más cómodos y eficientes con una altura de 1,90 m, conexión a wifi y aire acondicionado.
También incursionaron en la construcción...
Mi padre (Edwin Saavedra) siempre fue un visionario y quiso llevar las cosas a otro nivel. Hoy, Toyosa se ha convertido en una empresa líder en el sector automotriz y el Grupo Saavedra, si bien no es un holding, está con nuevas inversiones en bienes raíces.
_ ¿Consiguieron la franquicia de World Trade Center?
Sí, mi padre adquirió los derechos de la franquicia, entonces el proyecto que teníamos en La Paz (Ciudad Toyosa), ahora migra a un nuevo concepto. Sabemos que también se construirán torres World Trade Center en Santa Cruz, por lo que habrá una sinergia con el mismo grupo.
_ ¿Cuánto prevén invertir?
Se estima en $us 350 millones el valor del proyecto, pero no es una cifra total porque estamos puliendo los detalles. Serán seis torres, la más alta será de 60 pisos y por la altura de La Paz, creemos que se convertirá en el edificio más alto del mundo.
_ ¿En qué zona de La Paz?
En Obrajes, en la Curva de Holguín, cerca del teleférico, suponemos que tendrá un tráfico de hasta 12.000 personas. Comprende residencias, hospitales, oficinas, centros comerciales y cines. Se empezará a construir en un año y medio o dos, porque son 35.000 metros cuadrados.
_ ¿Y el avance del proyecto Casa Campo en Santa Cruz?
Vamos a darle un giro al proyecto, primero construiremos un centro comercial para brindar servicios para las personas que viven en esa área, que hoy no tienen farmacias y otras comodidades. Así venderemos con un valor real, tangible.
_ Son proyectos millonarios, ¿hay mucha confianza en el país?
El problema es que en Bolivia nos vemos muy chicos, hay un concepto muy arraigado en nuestra cultura. Decimos ‘mi casita’, ‘mi autito’, todo es diminutivo, pero nosotros creemos que se debe pensar en grande, invertir, arriesgarse y generar valor porque eso marca la diferencia.
La gente de afuera no es mejor o peor que nosotros, la diferencia está en que son más agresivos y se lanzan a hacer cosas grandes. En Bolivia hay gente con mucho talento y debemos enfatizar en que el éxito se logra cuando no nos quedamos en nuestra zona de confort. Además, hay que ver el dinero como un instrumento para hacer cosas. El dinero es como el agua, si está estancado se pudre, por lo que debe estar en constante movimiento, circulando.
_ ¿En qué otros sectores piensan invertir?
En una financiera y una compañía de seguros para brindar a nuestros clientes un servicio integral. Al final del día, el cliente no paga por el producto, sino por el servicio y la calidad
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