El crecimiento anual de la economía boliviana en el orden de 5 por ciento se explica por tres razones fundamentales: altas exportaciones, altas importaciones y alto gasto público. Las exportaciones crecieron anualmente a un inusitado ritmo del 20 por ciento y las importaciones al 18 por ciento. El gasto del Gobierno aumentó a un ritmo anual del 15 por ciento mientras su ingreso lo hizo en 16 por ciento.
Incluso más llamativo es el comportamiento de la inversión pública. Mientras en el periodo 1999-2005 anualmente, en promedio, se invertían 581 millones de dólares, durante los dos gobiernos del presidente Morales se subió a un promedio cercano a los 2.000 millones de dólares. Y esto fue posible porque el Gobierno como nunca dispuso de elevados ingresos fiscales provenientes de la renta petrolera.
Este contexto fue acompañado por un periodo de clara alza de los precios de los commodities seguida por otro ya de declinación.
El año que está por concluir se ha caracterizado por una continua caída de los precios de las materias primas. El escenario que se ve venir es uno en que el valor de las exportaciones caerá principalmente por la bajada del precio del gas.
Esto se traducirá en una disminución de los ingresos fiscales que debería llevar a una reducción también de los gastos fiscales, para no insistir en el ciclo alcista de la economía.
Si el ambiente de negocios privados en el país se mantiene positivo, se podría sostener una tasa de crecimiento del orden del 5 por ciento anual, que se la debe calificar de muy buena. Esto será posible si se conserva el crecimiento de las importaciones.
"El escenario que se ve venir es uno en que el valor de las exportaciones caerá principalmente por la bajada del precio del gas. Esto se traducirá en una disminución de los ingresos fiscales"
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