En los nueve años de gobierno del presidente Evo Morales la economía creció a una destacada tasa anual del orden del 5,1 por ciento, muy por encima a la tasa regional que fue del 3,6. En Sudamérica sólo fuimos superados por Perú.
La interrogante que surge es si este crecimiento alcanzado es sostenible en el largo plazo, o sólo es momentáneo como consecuencia de un “boom” económico que el país todavía sigue viviendo.
El problema macroeconómico fundamental no está en repetir cada año lo que se hizo un año antes. El problema no está en que cada persona repita el mismo nivel de producción que el año anterior. Esto no es difícil. El problema está en que cada año cada persona, cada empresa, debe producir algo más que el año anterior, y que pueda vender. Esto requiere inversión productiva privada y tecnología. A esto se denomina crecimiento económico. El problema está que de ahora en adelante Bolivia aumente cada año, por lo menos, en un 5 por ciento su producción.
Lo indicado antes implica responderse si el destacado crecimiento de la economía boliviana de estos nueve años es la consecuencia del incremento de la capacidad productiva de los bolivianos o es el resultado de hechos coyunturales pasajeros. Si es lo segundo, quiere decir que el crecimiento actual no es sostenible y en cualquier momento se puede caer, cuando desaparezcan las condiciones externas.
El crecimiento anual de la economía boliviana en el orden de 5 por ciento se explica por tres razones fundamentales: altas exportaciones, altas importaciones y alto gasto público.
"Hay que responderse si el destacado crecimiento de la economía de estos nueve años es la consecuencia del incremento de la capacidad productiva o es resultado de hechos coyunturales"
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