Una de las estrategias decisivas para lograr enfrentar la pandemia COVID-19 es la mitigación, procurando hacer más lenta su difusión, protegiendo a poblaciones vulnerables y reduciendo el pico en la demanda sobre el sistema de salud. Realidad crítica dado que, en los países de América Latina, los hospitales cuentan en promedio con dos camas disponibles por cada 1.000 habitantes.
Si hay algo que está resultando aleccionador de esta pandemia es la necesidad de avanzar decididamente hacia una evolución de la relación doctor-paciente, aprovechando el uso intensivo de plataformas y herramientas digitales ya existentes para el monitoreo propio y a distancia, tratamientos cuando sea posible y seguimientos después del alta. También, en un escenario de falta de médicos disponibles, para permitir que médicos con síntomas leves o ya retirados puedan trabajar de forma remota, o incluso intercambiar experiencias con especialistas de otros países para casos severos o que requieran una segunda opinión.
Y por supuesto, para la capacitación en línea de trabajadores de salud que, en escenarios de crisis, requieren conocer y aplicar de manera efectiva protocolos especiales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario