El 7 y 8 de diciembre se efectuaron en La Paz las “Consultas Intergubernamentales sobre la Cooperación al Desarrollo entre Bolivia y Alemania”, las cuales son un paso previo a las “Negociaciones Intergubernamentales” que tienen lugar cada dos años y son celebradas de manera intercalada en ambos países. En las negociaciones, que se realizarán en mayo de 2019, La Paz y Berlín definirán conjuntamente programas y proyectos, así como asignaciones financieras en las áreas prioritarias de cooperación. En las negociaciones del año pasado, el monto asignado ascendió a 48,4 millones de euros ($us 55 millones) para programas y proyectos para la gestión 2017-2018 en las áreas de desarrollo rural y medio ambiente, energía y fortalecimiento institucional. “No pretendemos definir la política energética o ambiental de otro país, esa no es nuestra visión. Pero en todo lo que apoyamos necesitamos buscar un equilibrio entre nuestras metas de desarrollo rural y protección ambiental, y las necesidades del desarrollo económico”, dijo Matthias Sonn, embajador de Alemania, un país que desde 1962 impulsó proyectos de 850 millones de euros ($us 966,82 millones) en el hoy Estado Plurinacional. “Si Bolivia quiere hacer cosas que causan problemas para, por ejemplo, áreas protegidas, no es nuestra tarea juzgar eso, pero sí se busca apoyo en el marco de los cooperantes internacionales, ahí tenemos para cuidar este balance con estándares desarrollados de manera conjunta con actores multilaterales”, agregó el diplomático, quien firmó el 8 de diciembre con el canciller boliviano, Diego Pari, el “Acuerdo Marco de Cooperación Financiera” entre los dos países.
— ¿Cuáles son las bases para el nuevo acuerdo de cooperación que definirán ambos países?
— Es un gran paso que se haya firmado el acuerdo marco que debería ser la base para un más fuerte apoyo financiero de nuestro banco de desarrollo, el KfW. Hemos acordado tres áreas prioritarias: el agua, que es primordial para el desarrollo sustentable y equitativo de este país; el medio ambiente, incluyendo la producción forestal; y un nuevo sector que es energías renovables y eficiencia energética (...). En mayo del año que viene habrá negociaciones entre los dos gobiernos, allá discutiremos cuáles serían posibles locaciones de fondos. En las inversiones para asistencia técnica hablaremos sobre las energías renovables y la eficiencia energética, el manejo integral de recursos hídricos y la protección ambiental con enfoque, en especial en las posibilidades de mitigar efectos climáticos. Pero lo que más tenemos que ver, aún más que antes, son las intervenciones estratégicas, no solamente hablar sobre el aporte de ciertos servicios básicos, sino apoyar proyectos modelo, proyectos piloto, que sirven para fomentar el proceso de desarrollo. Porque claro, el desarrollo de Bolivia es responsabilidad de Bolivia, nuestra responsabilidad es tratar de apoyar donde podamos compartiendo nuestras experiencias, know how y financiamiento.
— ¿Se ha definido ya un monto de financiamiento para el nuevo acuerdo marco?
— No, la importancia de este acuerdo es que fija el hecho de que trabajaremos juntos bajo ciertas reglas generales que hay que cumplir (...). Lo que ahora va a pasar —ojalá en las próximas semanas— es finalizar los acuerdos .
— ¿El área de energías alternativas se está trabajando por primera vez entre ambos países?
— El hecho de que sea una de las tres áreas prioritarias fue acordado en 2017, pero ya hubo antecedentes, uno de ellos es el programa de seis países donantes denominado EnDev, Energising Development o Energizando el Desarrollo, que en los últimos años proporcionó energía básica a 100.000 hogares. Ahora nos estamos enfocando más al apoyo para que el Gobierno boliviano cumpla su aspiración de darle una cobertura del 100% de energía eléctrica a la población (...). Todos estos proyectos se implementaron basados en un concepto: energía básica, madera por ejemplo. Ahora estamos hablando de sistemas fotovoltaicos o eólicos para el televisor, teléfonos móviles, etc.
— Hasta ahora trabajaron como cooperación en el acceso a la electricidad, ¿la nueva área de energías renovables incluye el componente generación?
— Diría generación sí, pero bajo la condición de que se trate de un proyecto modelo ya sea eólico o fotovoltaico. Por ejemplo, si en este país hacen falta 100 megavatios (MW), lo máximo que Alemania podría proporcionar son 5 MW, por lo que estamos experimentando financiar modelos de producción que tengan en el centro la capacitación de las entidades, del gobierno y de las personas para la producción de los 100 MW. Los medios financieros necesarios no podrán venir de Alemania, pero naturalmente somos miembros del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y trabajamos muy juntamente con la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) y la Unión Europea.
Embajada. Marré y Sonn, en oficinas de la legación alemana. Foto: Álvaro Valero
— Siendo Alemania líder en energías alternativas, ¿se ha pensado ya de forma preliminar en algunas iniciativas que podrían desarrollarse en el país bajo este nuevo modelo?
— No me atrevo a ser demasiado concreto en este tema (...). Como dije, el acceso de grupos marginalizados a la energía es prioritario, pero también apoyar al Gobierno boliviano con nuestra experiencia y tecnología para llegar a la meta de 100% de cobertura (...). En el sector de energías renovables, se está haciendo un estudio y una lista corta de 10 proyectos para ver cuál o cuáles son los que podemos apoyar (...). Creo que se requerirá también estudiar más este tipo de plantas, porque por ejemplo una eólica que funciona a las orillas del mar opera de forma diferente a 4.000 metros de altura, donde los paneles solares tienen también una fuerza diferente que a nivel de la playa (...). Por eso están haciendo el estudio, será un financiamiento creo en el marco de los 30 millones de euros ($us 34,13 millones) para una planta modelo en el área de energías renovables. Bolivia tiene un potencial increíble para utilizarlo, claro, primero hay que ensayar para ver qué funciona, qué no y cómo funciona, en eso estamos dispuestos a apoyar.
— Apelando a su experiencia en el área y su conocimiento sobre el desarrollo de las energías alternativas en otros países, ¿es necesario construir hidroeléctricas en áreas protegidas?
— Voy a responder de manera un poco más general, pero reflejando la política del Gobierno alemán. Nuestro Ministerio de Medio Ambiente está muy involucrado en proyectos concretos del área y eso, claro, bajo el techo de la política de relaciones internacionales de nuestro gobierno. Ahora hablamos de grandes plantas y en eso hay dos corrientes internacionales: una dice una planta hidroeléctrica es mala porque es una gran planta, la otra dice “no, hay que diferenciar”. Alemania pertenece a la segunda corriente, decimos ok se requiere una gran cantidad de energía y producir mucha energía siempre va a tener efectos negativos. En los años 80, el Banco Mundial financió en India la gran planta hidroeléctrica Narmada, que causó desplazamientos de grandes grupos de la población, sin compensación, y otros efectos negativos. Hubo un gran escándalo porque nunca se hizo un análisis de medio ambiente. Ya en los 90 la Comisión Mundial de Represas emitió recomendaciones bajo las cuales se puede construir una gran represa. Vamos a apoyar eso también y apoyar al Gobierno boliviano a hacer los estudios necesarios y pertinentes para ver cuáles son los potenciales que pueden utilizarse de una manera sostenible, porque los hay. Si es un parque protegido, hay que ver cuáles son las razones, cómo se puede combinar la protección y la necesidad de producción de energía hidroeléctrica; a lo mejor habrá otra área que también da la misma cantidad de energía pero sin los efectos negativos en el medio ambiente, y eso requiere de muy detallados estudios. Pero lo importante es que haya una buena estrategia para utilizar los recursos que existen y cumplir con la visión de Bolivia de convertirse en exportador de energía, lo que le va a dar ingresos para su desarrollo, y para ver que eso también esté en línea con las posiciones internacionales, con la responsabilidad global que tenemos con el cambio climático, con la biodiversidad y la protección del medio ambiente. NdE. En junio de este año, el Banco de Desarrollo de América Latina-CAF informó a La Razón que el potencial hidroeléctrico del país es de 60.000 MW, de los cuales 38.000 están fuera de las áreas de preservación, por lo que no es necesario —según consideró— ejecutar este tipo de proyectos en estas zonas.
— ¿Cuáles son los retos de la cooperación internacional alemana de cara al futuro?
— Diría que un aspecto importantísimo del desarrollo es que tiene la capacidad de desarrollarse a sí mismo y, claro, tenemos los dos grandes acuerdos globales, que son la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, el Acuerdo de París sobre el cambio climático y muchos otros que también dirigen la cooperación. El que tratamos de seguir más intensamente es la Agenda 2030, en el que hay dos elementos que son esenciales: uno es no dejar a nadie atrás y otro es respetar los límites planetarios, lo que se conoce aquí como Madre Tierra, tener un buen balance. Si no prestamos atención a lo que está pasando de repente estaremos en una situación en la que ya no habrá ningún remedio (...). Tenemos dos principios básicos que también nos ayudan a enfocar nuestro pensamiento: el business as usual o hacer los negocios como siempre para tener los mismos resultados de siempre y el “no bastará hacer más de lo mismo”, lo que nos exige otro enfoque sobre cómo trabajar en desarrollo sustentable con visión integral para solucionar estos problemas. Yo diría todavía tenemos la posibilidad de hacerlo. El problema es también que hay que tener una visión que va más allá de los periodos electorales. Un político puede ser reelegido luego de tres o cuatro años, pero un desarrollo sostenible en, por ejemplo, recursos hídricos requiere políticas que van de 20 a 30 años. Ahí tenemos que ver cómo combinamos la visión del futuro con la concretización actual y la necesidad democrática de tener elecciones a intervalos regulares.
Perfil
Nombre: Franz B Marré
Cargo: Jefe de la División Sudamérica del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ)
Experto en desarrollo sostenible
Nacido en Colombia, se unió al BMZ en 1989 después de haber estudiado Leyes en Bonn (Alemania). Cumplió también funciones en Washington para el Banco Interamericano de Desarrollo y fue Jefe de Cooperación en la Embajada de Alemania en Pretoria, entre otros cargos diplomáticos. “Queremos ser socios para el desarrollo sostenible y no solamente proporcionadores de algunas pequeñas soluciones”, subrayó.
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