Aunque el desempeño económico en Bolivia ha sido notable en los últimos años, las zonas rurales siguen siendo afectadas por la pobreza y los efectos adversos del cambio climático, considera el Fondo de Naciones Unidas, por lo que su estrategia en el país se centra en apoyar políticas y programas que favorezcan a la agricultura familiar y que tengan como objetivo garantizar la seguridad alimentaria nacional, con una transformación rural inclusiva y sostenible.
— ¿Cuáles son los nuevos desafíos del sector agropecuario en América Latina y Bolivia en el actual contexto de cambio climático y aumento acelerado de la población global?
— Los nuevos retos para hacer frente a los negativos cambios del clima que se producen alrededor del mundo están relacionados con lograr una reducción del 40% de los gases (invernaderos) en el planeta, porque todos estamos sufriendo las consecuencias de esas emisiones. Y la agricultura es un sector importante para lograr ese propósito. Latinoamérica y particularmente Bolivia serán afectadas por una disminución del 20% en las lluvias y esa reducción afectará el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) hasta en 10% en los próximos 20 años. En algunas zonas de la región existirá mucha lluvia que provocará inundaciones; en otras no habrá ninguna. Por ende, el propósito del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) es el de fortalecer y preparar al sector agropecuario (latinoamericano) para que pueda afrontar el calentamiento global de la mejor manera. En Bolivia existe la capacidad para responder a este fenómeno, porque vamos a tener a futuro no solo en riego, sino en cultivos, tecnología para pronosticar los cambios climáticos, sobre todo en la población rural, manteniendo así la productividad en el país.
— ¿Está Bolivia en su opinión preparada para esos cambios?
— Ningún país está preparado. Sin embargo, a futuro, los programas que se están desarrollando podrían afectar positivamente.
— ¿Qué recomendaciones daría en el caso boliviano?
— Tenemos que reconocer que el Gobierno boliviano actualmente tiene políticas que están mejorando las condiciones de vida (de la población) y como organización el FIDA está desarrollando algunos proyectos particulares.
— ¿Como cuáles?
— Se está trabajando con las comunidades rurales para mejorar su proceso de construcción de futuro, porque en el país se hacen muchas normas que no les llegan. En los últimos 40 años se desarrollaron con sectores agrícolas 14 programas que mejoraron sus condiciones de vida, especialmente en Cochabamba, donde manifestaron que les gustaría replicar este ascenso con la incorporación de la tecnología en sus labores agrícolas. Estos proyectos son el Plan Vida y el Programa de Adaptación para Pequeños Agricultores (ASAP), el cual se enfoca en el manejo de recursos naturales combinado con cambio climático en riego, generación de ingresos alternativos y desarrollo de turismo en áreas rurales para jóvenes menores de 28 años. Otro proyecto es el de planificación de recursos a futuro, es decir, cómo se podrá sobrevivir con escasez de agua y —en algunos casos— cambiar cultivos en subsistemas productivos. Otro programa es Pro Camélidos, que arrancó en 2017 y tiene un periodo de seis años con un nuevo financiamiento de fondos ASAP.
— ¿A cuánto asciende el monto disponible para Bolivia?
— En este momento, tenemos $us 23 millones para un periodo de tres años, recursos que se combinan con los de otros financiadores. En los últimos 40 años se invirtieron $us 300 millones, la mitad de ese monto fue proporcionado por FIDA y la otra por los gobiernos bolivianos.
— ¿Cómo lograr una producción de alimentos más sostenible en Latinoamérica si también se espera para los próximos años una mayor migración de personas del campo a las ciudades en la región?
— FIDA cambia fundamentalmente la forma de pensar de las personas para que de esa forma en lugar de emigrar a las ciudades se queden en las áreas rurales. Trabajamos para que esa forma de vida sea más atractiva para las futuras generaciones con capacitación, acceso a tierras, servicios financieros y sistemas digitales, para que estén orgullosos de producir sus propios alimentos. Ayudamos a mejorar la producción de alimentos del área rural porque en esas regiones no existen grandes oportunidades de trabajo. Para evitar la migración, queremos incluir a los jóvenes en nuestros proyectos y en la agenda de la comunidad y mejorar las condiciones de vida de los hijos de los agricultores —como el acceso a internet—, haciendo que a la gente le guste vivir en el campo, que deje de tener esa asociación de que el campesino es pobre, sino de que es productor de alimentos para las ciudades, algo que es ultranecesario para la sociedad.
— ¿Qué futuro le espera a la producción agraria rural en América Latina y en Bolivia?
— En Latinoamérica y el mundo la producción de alimentos tiene futuro; pero para el desarrollo de la agricultura y la obtención de buenos efectos agrarios es importante la combinación entre productores, gente de negocios, inversionistas y tecnología. Otro reto es lograr que los alimentos que se venden en los mercados sean pagados de acuerdo con los costos de producción.
— ¿De qué manera el FIDA ha coadyuvado a la reducción de la pobreza en Bolivia en la última década?
— El Gobierno boliviano hizo el mayor esfuerzo para la reducción de la pobreza y el Fondo ha participado en ello: envió personal para identificar cuáles eran las capacidades de las personas más pobres en Bolivia —inclusive en los lugares más remotos— y ver el efecto que tuvo el cambio climático en áreas rurales. Además, se realizó un análisis para ver cómo el Plan Vida mejoró las condiciones de supervivencia en el campo. NdE. El estatal Plan Vida busca fortalecer a las comunidades y familias más vulnerables en Cochabamba y Potosí a través de la transferencia directa de recursos para la ejecución de proyectos productivos.
— ¿Cuáles son los objetivos del Fondo Internacional para el mediano y largo plazo?, ¿cuál es el papel que desempeñará América Latina en la consecución de estas metas?
— Nos enfocaremos en el desarrollo rural llegando a los lugares más pobres para lograr las metas de reducción del hambre y para obtener seguridad en la producción de alimentos, mejorando la calidad en la nutrición. La adaptación al cambio climático se verá en el futuro, sobre todo en áreas rurales que, en el caso boliviano, son muy pobres.
Perfil
Nombre: Cornelia Richter
Profesión: Economista y cientista social
Cargo: Vicepresidenta del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA)
Ejecutiva de cooperación
Fue directora administradora de la Cooperación Alemana al Desarrollo (GIZ). Posee gran experiencia en diferentes áreas de cooperación internacional. Fue consultora para planificación e investigación de entidades multilaterales del Programa de Ayuda Económica del Ministerio de Economía alemán, consultora en macroeconomía en África, directora general de GIZ para Asia y el Pacífico y directora para Asuntos Globales y Sectoriales.
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