La presidenta de la Cámara de Industria, Comercio y Servicios (Cainco) de El Alto destaca que el municipio ofrece ventajas para la inversión local y extranjera, como su estratégica ubicación geográfica y una creciente población muy trabajadora.
— ¿Cuándo nace la institución?
— La Cainco de El Alto fue fundada el 18 de mayo de 2004 en un salón del Hotel Alexander por 22 empresarios que han estado poniendo toda la voluntad para que esto salga adelante. Hoy tenemos cerca de 100 empresas afiliadas.
— ¿Firmas de qué rubros están asociadas a la Cámara?
— Tenemos compañías grandes como Soboce, La Papelera, Inti, Vita, La Vitalicia y de plásticos, gaseosas, textiles, finanzas y seguros, que siempre han estado apoyando a esta estructura agremiada. Así también contamos con empresas pequeñas que están creciendo, como Bembo, de un emprendedor que vendía pasteles en carrito y ahora los reparte en La Paz y El Alto (...). Por mes se inscriben de una a dos empresas. Muchas están dispersas y, a veces, es difícil conocerlas, visitarlas y concertar reuniones con ellas.
— ¿Cuál es el objetivo de este organismo privado?
— Tenemos todo el input (la experiencia) para aportar al fortalecimiento institucional de El Alto. Hemos trabajado en estos años en varios temas que son importantes, como la Ley 2685 de 2004, de promoción económica de esta urbe.
— ¿Cuál es la principal característica de la población más joven de Bolivia?
— A diferencia de La Paz, que es una ciudad más administrativa, El Alto está en constante crecimiento y en una dinámica profunda de construcción, de comercio, de hacer empresa. Hay emprendedores alteños que cada día conforman sus propios negocios.
— ¿Por qué invertir en El Alto?
— Porque tenemos muchas ventajas. Además del tremendo movimiento económico y las grandes avenidas que permiten un movimiento más fluido, somos puerto seco y parte del corredor oceánico, contamos con mano de obra barata y calificada y organizamos ferias cada día. Es una propuesta sumamente pujante para el país. Si bien no poseemos gas, petróleo o soya, tenemos al hombre o mujer que salen a trabajar a las cuatro de la mañana para aportar a la dinámica económica de El Alto y La Paz. Esas son algunas de nuestras fortalezas. NdE. El Alto es el segundo municipio del país con mayor población y el que tiene el mayor crecimiento demográfico en el país. De los 912.206 habitantes que se calcula tiene este año, el 79% está en edad de trabajar, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
— ¿Qué perjudica a los empresarios alteños?
— Cuando uno es formal, las cargas impositivas del Estado y del municipio. Así es difícil responder a muchas situaciones (laborales), como el doble aguinaldo. Cualquier aumento de sueldo hay que hacerlo con las tres instancias, como dice la Organización Internacional del Trabajo: el empleador, el empleado y el Estado, nada unilateral. Pero actualmente no se toma en cuenta al empleador.
— ¿Cuántas empresas alteñas cierran al año por el incremento de las cargas laborales?
— No conocemos el dato. El Estado, que tiene las instancias serias con presupuesto para trabajar en eso, es el que más debería preocuparse de que las empresas puedan manejar bien sus emprendimientos productivos. Ellos son los que deben alentar y apoyar, porque las empresas son las que generan empleo y solo con una atención como corresponde —no con leyes que nos caigan como garrote— vamos a tener oportunidad de generar más empresas. NdE. Datos de la Fundación para el Desarrollo Empresarial dan cuenta que en los últimos cinco años la base empresarial vigente en esa urbe se incrementó en 135%, de 9.859 a 23.150; mientras que la cancelación de matrículas en ese mismo periodo aumentó en 253%, de 2.034 a 7.181. El 87% de las empresas son unipersonales y las principales actividades son comercio, construcción y manufacturas.
— ¿Cómo ve el apoyo de la Alcaldía y del Gobierno al emprendedor alteño?
— Aún no tenemos una relación directa con la municipalidad. Hemos buscado tener contacto con ellos este año. Con el Estado se trabaja en eso a través de instancias como la Confederación (de Empresarios Privados de Bolivia).
— ¿Qué planes tiene la Cainco para el mediano plazo?
— Queremos consolidar la cultura emprendedora, industrial y exportadora y hacer que la conciencia ambiental sea parte vital de lo que es el crecimiento.
— ¿Qué actividades realizan hoy para cumplir con esa meta?
— Organizamos seminarios con expertos nacionales e internacionales que abordan temas de seguridad laboral, salud, de reciclaje. Recibimos también a misiones comerciales de otros países y participamos en ruedas de negocios de ferias como La Paz Expone, a la que apoyamos para mostrarnos como una ciudad industrial, exportadora y generadora de empleo digno (...). También trabajamos con jóvenes emprendedores y profesionales que están a punto de sacar su título, y con colegios y universidades, para transmitir la cultura emprendedora. Para nosotros es bien importante que se hable de ese tema en las aulas porque El Alto es una ciudad joven, poblada de jóvenes que estudian y buscan trabajo. El Estado no tiene la capacidad de ver eso, entonces nosotros trabajamos en ese tema.
Perfil
Nombre: María Cristina Soto Vega
Profesión: Abogada
Cargo: Presidenta de la Cainco de El Alto
Una promotora del desarrollo de la ciudad más joven
La paceña obtuvo su licenciatura en Derecho en la Universidad Mayor de San Andrés. Ejerció 13 años como notario de Fe Pública. También se desempeñó como asesora en la Comisión de Educación del Senado (1987-1988) y en el Concejo Municipal de La Paz (1989). Fue, asimismo, miembro del directorio de la Cooperativa de Telecomunicaciones La Paz Limitada (Cotel) y de la desaparecida Corporación de Desarrollo de La Paz (Cordepaz), además de impulsora de la puesta en vigencia del campo ferial de El Alto. Posteriormente cambió de rubro y creó en la urbe alteña su propia empresa: CPB Caminos para Bolivia, dedicada a la construcción y explotación de áridos. La hoy empresaria fue una de las fundadoras de la Cámara de Industria, Comercio y Servicios (Cainco) de El Alto.
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