martes, 1 de agosto de 2017

El valor de la marca hoy

En la actualidad, los grandes éxitos de las compañías dependen de elementos que generan una diferenciación significativa, ofrecen un “algo más”, un “plus” o un “valor intrínseco”, que al vincularse con un buen producto, excelente diseño y un adecuado establecimiento de redes de distribución originan campañas que sobresalen en el mercado y conquistan los objetivos planificados.

El marketing experimenta en los últimos años un enfoque que intenta explicar el valor intrínseco de la marca, la cual genera ciertas conexiones sentimentales, afectivas y neuronales en los clientes.

Estudios demuestran que la marca es una mezcla de atributos tangibles e intangibles, simbolizados por un logo y un nombre, que debidamente administrados son capaces de influenciar y generar un valor simbólico que alimenta el deseo por una determinada marca, por lo tanto, las ansias de poseerla.

Debido a esto, la marca va más allá de ser un simple nombre, se convierte en un modelo de vivir, sentir y de relacionarse con el entorno, ya que no sólo viste y posiciona al producto, sino también forma parte de la persona en toda su integridad, se acomoda a estándares de vida e irradia comportamientos basados en la seguridad, la autoestima, la aceptación a determinados grupos sociales y la búsqueda de la identidad personal.

Es por esto, que la concepción de la marca debe basarse en estudios sociológicos y personales para adecuarla a un determinado estilo de vida y segmento de mercado.

En resumen, la marca ya forma parte del mundo y de nuestras vidas, ha llegado a ser un elemento de importancia en la toma de decisiones por su valor estético, original y social, sirve como instrumento clave de diferenciación y provee elementos de satisfacción intangibles.

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