El lugar de trabajo puede volverse un lugar muy emocional. Es un espacio donde personas con diferentes antecedentes y temperamentos deben trabajar juntas mostrando lo mejor de sí mismas y dando resultados de alto valor. Es un lugar competitivo donde la gente corre a través de los días para subir la escalera profesional. La habilidad de manejar emociones negativas es tanto valiosa como necesaria para asegurar el desarrollo profesional a largo plazo.
Para esto, cada persona tiene sus propios mecanismos de adaptación dependiendo de su tipo de personalidad. Sin embargo, en general, existen dos formas probadas de manejar las emociones negativas.
La primera es entender las reacciones negativas de las otras personas.
Cuando sea que hagas algo, sea bueno o malo, existen cuatro tipos de reacciones negativas de las personas a tu alrededor. Ellas son: tranquilizar, que ocurre cuando alguien ignora sus sentimientos y te pasa la responsabilidad a ti o a alguien más; culpar, que es cuando alguien piensa que lo que sea que le pase es causado por ti; razonar, cuando alguien usa la lógica y la razón para oponerse a lo que sea que estés comunicando; y distraer, que pasa cuando alguien se comporta inapropiadamente para evitar la confrontación, que sería algo así como el payaso de la clase.
Reconócelas bien para que puedas entender su proceso de pensamiento y sepas cómo lidiar con ellos.
Debes entender que esas reacciones son de ellos, no tuyas. Es su estado mental, que está basado en sus valores. Evidentemente, cuando la gente reacciona negativamente a algo o a alguien, dice mucho de ellos mismos.
La segunda forma es entender los estados de ánimo.
El estado de ánimo es un estado emocional que cambia de un momento a otro dependiendo de varios factores externos e internos. Los elementos externos incluyen el ambiente de trabajo, la gente a nuestro alrededor y las condiciones ambientales. Los factores internos, sin embargo, dependen en gran parte de nuestra salud mental y física.
Los recuerdos, creencias y valores combinados con el estrés y los elementos externos, pueden cambiar significativamente nuestro equilibrio emocional. Así que, es indispensable que
entendamos en qué estado de ánimo estamos ahora y qué podemos hacer al respecto.
En el lugar de trabajo, tener una habilidad avanzada del manejo emocional puede llevarte a una posición de liderazgo.
Observa cuidadosamente cómo estás parado: ¿estás parado derecho o encorvado?, ¿estás sonriendo o con el ceño fruncido?, ¿están tus dedos de manos y pies derechos o curveados?, ¿estás comprimiendo el estómago?, ¿está tu mente inmersa en muchos pensamientos?, ¿estás haciendo muchas cosas al mismo tiempo, lo también conocido como "multitareas”?
Reconoce tu nivel de estrés y tu estado de ánimo actual. Aunque es cierto que el ambiente externo influye directamente en nuestro estado de ánimo, date cuenta que tú puedes tomar control de tu reacción. Si involuntariamente te has vuelto negativo debido al no tan favorable ambiente, reconoce esto también y recupera el control para permanecer positivo.
Al final del día, nosotros somos responsables de nuestro estado de ánimo, felicidad y positividad, a pesar de las reacciones negativas de las personas y del ambiente externo.
Además, cuando reaccionamos positivamente a pesar de la negatividad a nuestro alrededor, podemos ayudar a mejorar el ambiente y el estado de ánimo de otros. La clave está en ser consiente de nuestro propio estado emocional y entender que los demás no pueden enojarnos o entristecernos. Nosotros somos dueños de nuestras propias emociones y, eventualmente, de nuestro destino.
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