sábado, 22 de octubre de 2016
La prospectiva, ciencia que estudia el futuro
Al comenzar esta semana se anunció que el doble aguinaldo no se pagará esta gestión. "Hay algunas personas que analizaron correctamente y posiblemente indicaron que esta posibilidad, la del doble aguinaldo, no se iba a dar. Otras, en cambio, aseguraban que sí”, explicó el especialista en prospectiva, Fernando Ortega San Martín.
Es probable que las personas que acertaron se basaran en los datos sobre ingresos por exportación de materias primas u otros factores, como los climáticos. También es posible que la gente haya hecho proyecciones sobre la base de un segundo aguinaldo, y quizás, hasta se endeudó.
Estos análisis de posibles escenarios futuros también se hacen a nivel macro, en un entorno mundial, en función, por ejemplo, de las demandas en los mercados internacionales. En eso consiste la prospectiva, que es una disciplina de las Ciencias Sociales que nació en 1958. "Es una ciencia que estudia el futuro para comprenderlo y poder influir en él”, explicó el futurólogo.
No tienen una bola de cristal
Mucha gente piensa que los prospectivistas pueden predecir el futuro, como si tuvieran una bola de cristal. "Lo que hacemos es analizar el futuro, las diferentes alternativas que se puedan presentar, ya sea para una corporación, para una empresa, para un país, para una ciudad, para un territorio, para un sector o para una cadena”.
Estos especialistas proporcionan información anticipada a quienes toman decisiones; es decir, a presidentes, gobernadores, gerentes o accionistas.
Ortega, de nacionalidad peruana y formado en ingeniería industrial e ingeniería metalúrgica, conoció la prospectiva en 2000, cuando era asesor del viceministerio de Industria de Perú.
Ortega organizó los primeros eventos de prospectiva de su país. También cursó estudios especializados sobre el tema en diferentes países, como Tailandia, Australia o Inglaterra, entre otros. Actualmente es presidente del nodo Perú de Millennium Project, que es la red de futuristas más importante del mundo. Ahora preside la Asociación Peruana de Prospectiva y Estudios del Futuro y ha escrito varios libros sobre el tema.
Ortega llegó a La Paz para instruir al primer núcleo de especialistas en prospectiva de la Universidad Franz Tamayo.
Formular escenarios futuros
Los prospectivistas formulan escenarios futuros a partir de información. Ellos no dan un juicio de valor sobre estos escenarios, pues ven a su trabajo como una labor científica. Además, creen que los juicios de valor dependen de cada observador. Por ejemplo, se considera una maldición que las economías de los países de América Latina dependan de la exportación de materias primas. Pero, Ortega cree que el problema no radica en extraer, sino en saber qué extraer. En realidad "ahora hay que saber qué buscar”.
El especialista describió un posible escenario futuro para Bolivia, basado en la explotación de metales poco conocidos, como el lutecio. Este mineral resultará estratégico en el futuro -explicó-, ya que tiene aplicaciones en nanotecnología. La conexión entre elementos electrónicos y el cuerpo humano puede facilitarse con este material, por lo que se lo puede usar para tratar enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson.
"Yo podría asegurar que lutecio debe haber en Bolivia”, señaló. "Estos metales raros se encuentran en las formaciones polimetálicas. Tanto Bolivia como Perú tienen estas formaciones polimetálicas o minerales complejos”, añadió.
Una forma de buscar estos minerales, para empezar, consiste en procesar los desmontes que existen en abundancia en los yacimientos mineros. Para explotar estos minerales, inicialmente, se requiere de infraestructura además de un conocimiento. Estos factores, el conocimiento y la infraestructura, están relacionados con la voluntad política.
Tres factores
Con estos tres factores los prospectivistas definen futuros escenarios para los países de América Latina. Lo ideal es que haya un equilibrio entre los tres. Es fundamental que una nación tenga capacidad para generar conocimiento, pero también que su territorio tenga una infraestructura adecuada. Sin embargo, es la voluntad política la que define prioridades.
Un país puede generar conocimiento pero si su infraestructura es deficiente, tendrá dificultades para sacar al mundo su producción, además tendrá costos altos. Asimismo, hay países que tienen buena infraestructura, pero no generan conocimiento.
La industria en esos casos, quizás opte por maquilar, es decir, por vender mano de obra a menores costos. Acorde con esto, la voluntad política puede dar prioridad a la generación de empleo y no a la generación de conocimiento.
A partir de los análisis de los tres factores, en los nodos latinoamericanos del Millennium Project -explicó Ortega- hay cuatro escenarios para América Latina.
En el primero, todos los países se insertan en la corriente mundial de desarrollo, además adaptan las tecnologías de punta a sus realidades y las aprovechan. En el segundo escenario no todos los países, pero si la mayoría, hace lo anterior. En el tercer escenario, por el contrario, la mayoría de países no ingresa a las corrientes tecnológicas mundiales.
En el cuarto escenario, los países no entran a la corriente tecnológica principal, pero desarrollan sus economías en base a industrias creativas como el turismo o el entretenimiento; además, optan por la defensa de la biodiversidad. Este escenario, además, implica cambios en la forma de entretenimiento. Ahora con la realidad virtual, por ejemplo, ya se puede visitar Tiwanaku desde Alemania o Estados Unidos. Y en el futuro, muchas personas, por preservar su seguridad o salud, quizás, opten por las visitas virtuales.
Ante ello, los países deberán anticiparse y contar con políticas de protección de su patrimonio, que permitan, por ejemplo, cobrar por el uso de su arquitectura patrimonial en la realidad virtual.
Pero esto requiere un cambio en el campo jurídico legal, que se anticipe al cambio tecnológico.
En realidad -explicó Ortega-, los cambios para anticiparse al futuro, no sólo deben darse en los campos tecnológicos, sino también en los jurídicos o sociales. Por eso, hay prospectiva política, tecnológica, social, territorial o jurídica, concluyó.
"El problema que hay en el mundo es el empleo. En el futuro será algo muy delicado”
Los prospectivistas trabajan con tendencias mundiales, que afectan a los factores que analizan.
"El problema grande que hay ahora en el mundo es el tema del empleo”, señaló el especialista Fernando Ortega San Martín. "En el futuro va a ser un tema muy delicado”, añadió.
El futuro problema del empleo está relacionado con el actual desarrollo de la inteligencia artificial y su capacidad de reemplazar el trabajo humano. Los mayores avances en este campo se están dando en países con bajas tasas de natalidad, que a la larga significa una menor cantidad de mano de obra.
Esta poca disponibilidad de trabajadores hará que los países con baja natalidad se automaticen aceleradamente. Y para competir con ellos, los países que sí tienen mano de obra también deberán automatizarse, lo cual a su vez aumentará el desempleo en ellos.
Así, el desarrollo de la inteligencia artificial puede ser muy buena para unos, pero muy mala para otros. "Al final, por pereza, vamos a dar a las máquinas acciones que debemos hacerlas nosotros. Poco a poco vamos a depender tanto de las máquinas que las máquinas van a tomar el control”.
Un ejemplo de que esto ya está pasando se puede apreciar en el número de carteros que se quedaron sin trabajo debido a la invención del correo electrónico. En realidad, nadie piensa en eso, explicó Ortega, al señalar que en Japón ya hay robots asistentes de enfermeros, así como autómatas que preparan tragos, los cuales, al no tener amigos y ser insobornables, son perfectos para trabajar en un bar. "Poco a poco están entrando, la tecnología tiene la posibilidad de meterse de a poco”, explicó.
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