Rendir al máximo, resolver las tareas de manera eficiente y en el menor tiempo posible o no perder la concentración son algunos de los propósitos que nos planteamos en nuestra rutina diaria. Para lograr esto es fundamental tomar pequeños descansos en el trabajo para que nuestro cerebro no “colapse”. Pero… ¿cuándo es mejor parar?
Un estudio, publicado en la revista Journal of Applied Psychology, elaborado por científicos de la Universidad de Baylor analizó el comportamiento de 95 empleados, entre los 22 y los 67 años, para ver en qué momento hacían sus pausas, entendidas éstas como “cualquier período, formal o informal, en el trabajo, en el que no se requieren o esperan tareas relevantes, y que incluyen descansos para el café, la comida, correos personales o la socialización con compañeros”.
Teniendo en cuenta las horas de descansos y los aportes de los voluntarios, los científicos concluyeron que el mejor momento del día para hacer una pausa es a media mañana.
Según sus conclusiones, es preferible descansar a esta hora que dejarlo para más tarde (después de comer o a media tarde), ya que promovemos una mejor concentración y aumentamos nuestra productividad. “Cuantas más horas pasen entre el comienzo de la jornada laboral y la pausa, menos recursos y más cansancio padeceremos”, señalan en la investigación.
Durante esos descansos, además, es preferible hacer cosas que nos gusten (aunque tengan algún tipo de relación con el trabajo). Los científicos también apuntaron que es preferible hacer pausas más cortas pero más frecuentes, que descansos más largos pero menos habituales.
Con este trabajo, también se destierran algunos de los mitos más comunes relacionados con el trabajo, la productividad y las pausas en horario laboral.
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