Es curioso cómo el pensamiento empresarial es tan diferente al del consumidor y muchas veces esta diferencia causa problemas a un negocio.
Por un lado, las empresas creen que darle tantas opciones al cliente es lo mejor que se puede hacer; por otro lado, el tener tantas alternativas puede generar un miedo o indecisión tan grande en el usuario que al final no elija nada.
Si eres una empresa nueva enfócate en pocas opciones para brindarle al cliente, y con esto evitarás ese sentimiento de indecisión y frustración.
Muchas veces hemos entrado en un restaurante donde la carta de alimentos es tan amplia que es difícil elegir algo de comer, el mesero viene a nuestra mesa más de una vez ya que no podemos elegir y, al final, elegimos algo rápido teniendo la esperanza de que no haya sido mala elección. Y a veces, salimos decepcionados con lo que hemos escogido.
Todo es tan sencillo cuando las opciones se reducen y la posibilidad de error es igual de mínima.
Esto aplica no sólo para los restaurantes si no para cualquier vendedor o empresa. Cuando estés con un cliente no lo dejes elegir, otorga unas dos opciones y listo, si la persona empieza a pensar sus alternativas este proceso será abrumador a tal grado que no comprará nada y tú te quedarás sin vender nada de muchos productos o servicios.
Un cliente busca soluciones, las cuales tú le puedes dar, evítale pensar en las opciones ya que él sólo busca algo sencillo y rápido que le resuelva el problema.
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