1.No ahorrar
El joven promedio no piensa
en ahorrar parte de sus ingresos
para crear un capital. Para los jóvenes
ahorrar significa hacer
mercado cuando hay promociones,
comprar servicio de televisión,
cable e Internet en paquete; y recurrir a tiendas que
ofrezcan promociones.
En general, el joven consume
más de lo que recibe y cubre sus
excesos por medio de créditos
de los parientes o amigos.
Como vimos, el ahorro es un
hábito y los jóvenes que no lo
adquirieron en la infancia, difícilmente
ahorran.
La mayoría obtiene créditos
que los obligan a destinar parte
de sus ingresos a la compra
de bienes o servicios.
2. No saber manejar el crédito
Más preocupante que el
ahorro, es la cultura del crédito.
Los jóvenes no están diferenciando
entre cuándo es necesario
pedir algún crédito y
cuándo no.
La mayor parte se endeudan
para darse gustos anticipados,
viajes, fiestas, ropa etc., y por
eso deben asumir estos costos
durante varios años
3. No llevar un presupuesto
La mayoría de los expertos en
finanzas personales recomiendan
que las personas deberían
tener un presupuesto,más que
un control de sus gastos. Los jóvenes
deben generar la cultura
de las finanzas personales como
una empresa, vale decir trabajar
bajo un presupuesto que
les permita conocer por anticipado
el destino de sus ingresos
en función a objetivos claros.
4. Gastar más de lo que disponen
No se pueden cumplir objetivos
a largo plazo si no se tiene
el corto plazo resuelto.
La mayoría de los jóvenes y
muchísimos adultos son muy
dados a tapar huecos, vivir el
día a día sin una visión clara de polo
que se quiere en el largo plazo.
Muchos recién egresados o
estudiantes que empiezan a
trabajar prefieren contratos ilegales
de trabajo para no aportar
para su jubilación, ya que optan
por recibir sus ingresos hoy, a
guardar una parte para su vejez,
que piensan que nunca llegará.
5. No tener un fondo de
emergencias
Aunque los jóvenes se preocupan
por tener asegurado su
fin de semana con los amigos,
poco se preocupan por los imprevistos
y regularmente terminan
acudiendo a la ayuda
de un familiar o amigo cuando
estos suceden.
Sin duda el ahorro está ligado
a la capacidad de responder a
los imprevistos de la vida, con la
diferencia de que el ahorro tiene
un fin prestablecido y el fondo
de emergencias no.
6. No tener claras sus prioridades
Se hace cada vez más difícil
para los padres entender las
prioridades de los hijos, la influencia
de los amigos, la Internet,
la televisión, la publicidad
y otros han generado gran
confusión entre los jóvenes,
que no distinguen qué es más
importante, comprarse un vestido
de moda o pagar la luz, por
ejemplo.Una estudiante al preguntarle
un día a qué se debía
su lejanía en la clase, me dijo,
que estaba muy preocupada
porque necesitaba dinero para
pagar la universidad. Le pregunté
si sus padres no le daban
el dinero yme respondió que sí,
pero que lo había gastado en el
cumpleaños de su novio.
7.Desconocer los productos
bancarios
Una errada concepción de
los jóvenes y adultos, es pensar
que cuando el banco les da un
crédito les hace un gran favor,
sin darse cuenta de que en realidad
están comprando un producto
que tiene un precio y se lo
van a cobrar. Los jóvenes no solamente
deben fijarse en cuánto
va a quedar la cuota, sino en
cuál es el plazo, la tasa efectiva
anual y también si la cuota es
fija o no, muchos jóvenes terminan
pagando créditos con
tasas por encima del mercado,
por este errado concepto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario