martes, 1 de julio de 2014

Sepa las siete actitudes de un verdadero líder

En vez de intentar ocupar un cargo de gerencia, ¿por qué no esforzarse para ser un buen líder, antes de todo? En la mayoría de las organizaciones, cualquier empleado puede ser promovido a gerente, solo hay que seguir las reglas de la empresa. Pero ¿por qué no destacarse como un líder y ganarse la confianza de los colegas? Eso es fundamental para mantenerse
en cualquier puesto de liderazgo. Entérese de cuáles son las actitudes, según el portal administradores.br, que diferencian un buen líder de un simple gerente.

1. Conectar diariamente el trabajo a grandes objetivos. Es más fácil mantener el foco para finalizar las urgencias, como hacen aquellos que no poseen un perfil de liderazgo. Los verdaderos líderes priorizan los resultados futuros a los requisitos burocráticos de la empresa.

2. Pensar en los otros como personas. Si usted se pasa llamando a los miembros de su equipo por los cargos que ocupan, esté atento. Mientras un buen líder escucha a los otros individualmente, intentando conocer las fortalezas y debilidades de cada uno, un gerente ve solo cargos y títulos.

3. Merecer respeto. En algún momento, para alcanzar los objetivos de la organización, es necesario que los empleados realicen tareas difíciles, pero que darán resultados. En casos así, los líderes pueden perder la simpatía de los colegas, al principio. Pero, con certeza, tendrán el respeto de buenos profesionales.

4. Impresionarse con los logros del equipo. Los simples gerentes entienden el éxito de los miembros del equipo como una amenaza. Un verdadero líder se identifica con ese éxito y se enorgullece por sus liderados.

5. Capacitar a los demás con honestidad y transparencia. Un gerente promedio tiene miedo de compartir su conocimiento con los subordinados. Un líder, por otro lado, comprende el papel y la relevancia de cada integrante y ayuda a todos a hacer un buen trabajo, sobre todo porque el éxito del equipo refleja el avance de la empresa.

6. Ser responsable por el colectivo. Un gerente común que no consigue el respeto de sus empleados está siempre con la sombra del miedo, pues teme ser destituido y perder su posición de poder. Por eso, cuando su equipo falla, en vez de asumir la carga, él deja la responsabilidad en los otros. Un verdadero líder asume el error y motiva a los liderados.

7. Preocuparse por los resultados. En ciertas compañías, los cargos de gerencia sólo protegen los procesos. Un líder valoriza la creatividad e innovación, y entiende que los procesos pueden ser adaptados, lo que sea mejor para la firma

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