No, el sueldo no lo es todo. Una remuneración económica justa es importante para que todo empleado se sienta motivado para dar lo mejor de sí en el trabajo… pero esta es solo la base.
Hay otros factores que influyen en el ánimo y en la productividad de las personas. Tómalos en cuenta para construir un equipo de trabajo feliz y eficiente.
1.- Asegúrate de que todos estén en el puesto correcto
Tener a alguien poco preparado en un puesto clave es tan catastrófico como tener a alguien muy capacitado haciendo tareas simples. Si notas que alguien tiene iniciativa y es capaz de realizar tareas importantes, ¡no lo aburras pidiéndole que pase el día enviando correos! Cuida que todas las personas sean las adecuadas para su puesto.
2.- Dales las herramientas para cumplir sus funciones
Muchos líderes subestiman la importancia de destinar tiempo para capacitar y resolver las dudas de sus empleados. ¡No asumas que ya lo saben todo! Pasa tiempo con ellos para revisar los proyectos, establecer los objetivos y definir qué herramientas necesitan para alcanzarlos.
3.- Diles qué esperas de ellos y qué resultados esperas
Cada cierto tiempo reúnete con cada miembro de tu equipo para establecer qué esperas de su desempeño y cuáles son los resultados que deseas ver. Para un empleado, nada puede ser peor que no tener idea de cuál es su rol en una empresa.
4.- ¿Han hecho un buen trabajo? Haz que lo sepan
“Sí, están cumpliendo sus objetivos, para eso los contraté”. Si alguna vez pronunciaste estas palabras, quizá sea momento de replantear tal actitud. Una palmadita en la espalda de vez en cuando para tener ánimos de seguir adelante. No te volverá débil frente a los demás.
5.- Trátalos con respeto y ten una política ‘puerta abierta’
Las personas que se sienten felices con su empleo permanecen en el por más tiempo y dan mucho más de lo que se espera de ellas.
Reúnete con tus empleados con frecuencia para asegurarte de que se sienten contentos con lo que hacen. Aplica una política de “puerta abierta” para que se sientan cómodos de hablar contigo de lo que sea.
6.- Dales autonomía y diles qué es lo que deben hacer
¿Tiendes a querer controlarlo todo? ¿Les pides que te avisen sobre cada tarea que realizan durante el día? Lo más probable es que se sientan asfixiados y que a la primera oportunidad busquen correr de ti. Diles qué es lo que deben hacer y ¡deja que lo hagan! Pedirles reportes diarios o tener reuniones a cada rato restará sus ganas de trabajar.
7.- ¡Que no todo sea trabajo!, haz actividades recreativas La
productividad es importante, pero pensar únicamente en trabajo y considerar que todo lo demás son “distracciones” generará un ambiente laboral tenso y poco disfrutable. Organiza actividades recreativas que les permitan alejar la mente del trabajo y fortalecer los vínculos en el equipo. ¿Qué tal un torneo de ping-pong? ¿Una carrera? ¿Una salida a algún restaurante? Trata a tus empleados como seres humanos y no como un número.
8.- Ofréceles oportunidades de crecimiento corporativo
Más allá del sueldo y los buenos tratos, los empleados buscan crecimiento profesional. Ofréceles la oportunidad de desarrollar sus habilidades así como de aprender cosas nuevas, ya sea que se relacionen o no directamente con su área. Ofréceles la posibilidad de convertirse en empleados valiosos.
9.- Permíteles tener horarios con mayor flexibilidad
Si confías en su capacidad de organización, dales la oportunidad de que manejen su horario para acomodarse a sus necesidades personales. Se traducirá en una mayor eficiencia así como en una alta motivación
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