Profesionalmente hablando, en el trabajo, no es cuestión de moda; es cuestión de comunicación. La manera en que vistes siempre está transmitiendo algo que estás comunicando visualmente. Como quiera que representes a una empresa, te toca mostrar una imagen consistente también con la marca e imagen de la empresa. Así que toma en cuenta estos tips.
Escoge tu ropa de una manera positiva; que tu ropa diga realmente quién eres, qué representas y cómo quieres que te vean.
Muestra siempre tu propio estilo al vestirte; un toque distinto que proyecte una imagen de ti mismo.
Muestra credibilidad y confianza. Al vestir, tu imagen tiene que ser creíble, que establezca confianza a fin de consolidar una fuerte relación en los negocios.
A tiempo de elegir tu vestuario, considera el tipo de evento al que vas a asistir; una conferencia, una premiación, un almuerzo de trabajo, un cóctel, etc. Asimismo, toma en cuenta el lugar del evento si es restaurante, sala de reuniones, embajada, residencia para fiestas, salón de hotel.
Tu closet siempre debe incluir trajes combinables de colores clásicos como negro, gris oscuro, gris claro, azul marino, blanco o rojo. Si en tu oficina no usan trajes todo el tiempo, son recomendables piezas separadas que se puedan combinar entre sí, considerando siempre la estación del año y el tipo de color de tu piel. Recuerda que tus trajes no son un gasto; son una inversión.
Finalmente, sé impecable. Viste nítido y aseado, detalles que debes cuidar. Los dientes siempre blancos, el cabello arreglado, no demasiada colonia y tus zapatos bien lustrados.
Confío que con tu imagen, profesionalismo y educación llegarás al éxito. Sólo recuerda
¡no hay segunda oportunidad para causar una buena primera impresión!
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