Las entregas fallidas. Muy a menudo el transportista debe desplazarse varias veces al domicilio para conseguir encontrar al destinatario. Esto conlleva multiplicar los desplazamientos (externalidad para la ciudad) y aumentar los costes (sobrecoste para el transportista). Ello implica una creciente necesidad de puntos alternativos de entrega.
• La generalización de las devoluciones (logística inversa) lo que complica y encarece la distribución de última milla.
• La aparición de periodos punta (Navidad, “Black Friday”, “Cyber Monday”, etc.) que presionan hasta casi el límite la capacidad de los operadores y del propio espacio urbano en algunas zonas.
Uno de los factores que ha llevado a la rápida aceptación social del comercio electrónico es que los costes de transporte que paga el comprador sean muy bajos e incluso nulos. Esto se consigue porque las grandes plataformas de comercio electrónico tienen un gran poder sobre los operadores logísticos y de transporte que, para conseguir entrar en un negocio gigantesco, presionan sus costes hasta el límite, llegando incluso a trabajar
a pérdidas. Esta presión se traslada como siempre sobre los actores más débiles, los que están a pie de calle, que ven cómo deben multiplicar el número de entregas para ganar casi lo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario