martes, 3 de noviembre de 2015
Ronald Nostas “El Gobierno tiene que definir de una vez qué país quiere a futuro”
Antes de reunirse con el presidente Evo Morales, quien prometió recibirlo a su vuelta de Estados Unidos para hablar del polémico doble aguinaldo, el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Ronald Nostas, concedió la siguiente entrevista a CAPITALES, cuya primera parte fue publicada el martes pasado.
CAPITALES (C). En los últimos diez años hemos tenido una época de bonanza, pero han bajado los precios de las materias primas y el Gobierno prevé que ingresarán 3.250 millones de dólares menos por este concepto. Además, hay una devaluación del peso argentino y del real brasileño. ¿Cómo están viendo ustedes el futuro para enfrentar una crisis que al parecer, tarde o temprano, va a llegar a Bolivia?
Ronald Nostas (RN). Nosotros creemos que la visión que tiene el Ministerio de Economía no es una visión errada: el país tiene el respaldo suficiente para aguantar unos cuantos años esta crisis debido al buen manejo que ha habido en términos macroeconómicos. Eso es una realidad. Ahora, lamentablemente hay sectores que no son inmunes a esta crisis internacional; si bien el mercado interno está debidamente sustentado, nosotros tenemos índices peligrosos que se están empezando a dar.
Hay una baja de exportaciones y es lógico, es el primer efecto. Pero también hay otro efecto que tiene directa implicancia en lo que s el mercado interno: el incremento de las importaciones en detrimento de la producción nacional. Señores, hoy día estamos comiendo galletas chinas, y tenemos empresas de galletas de primer nivel en Bolivia, y no podemos competir con los precios; esas son realidades. Nos está entrando azúcar de contrabando y por la vía legal, como quieran llamarlo, no voy a entrar a hacer juicios de valor, pero nos están entrando cantidades ingentes de azúcar. El sector arrocero está quebrado porque, en primer lugar, los precios han bajado y, en segundo lugar, está entrando arroz de países que han rebajado sus monedas y por eso no podemos competir con sus productos.
Entonces, el Gobierno tiene que responder ciertas preguntas: ¿Qué tipo de país quiere, un país industrializado o un país que no tenga industria? ¿Un país donde no tengamos que depender de factores externos o vamos a seguir dependiendo de factores externos? No potencializamos la industria: solamente el 10% de las empresas que tenemos en el universo empresarial en Bolivia son industriales. Queremos pasar del 16% que tenemos de industrialización en el país a 30%; con las medidas que estamos tomando ahora, no van a apoyar a que eso suceda. Nosotros debemos definir qué tipo de país queremos.
Si queremos generar empleo sostenible para el vivir bien de cada uno de los bolivianos, para que los bolivianos progresen, para que la pobreza se elimine, tenemos que apoyar, incentivar el desarrollo industrial; el cambio de la matriz exportadora es fundamental, y eso se hace produciendo más, produciendo mejor. Entonces, el Gobierno tiene que definir de una vez qué país quiere a futuro, y, en función a eso, tomar las medidas adecuadas.
No hay vueltas. ¿Queremos más desempleados en la calle buscándose la vida a través de la informalidad o de otro tipo de formas de llevar el pan de cada día a su casa, o queremos reducir la pobreza de verdad, y que haya igualdad, que haya equidad, vivir bien para todos los bolivianos? Se complica con este tipo de decisiones, porque este tipo de decisiones debilitan al aparato que debería fortalecérselo más bien, que es el aparato que va a generar empleo, que va a generar empleo sostenible, que va a generar riqueza para el país por el efecto multiplicador en el pago de sus impuestos…
"No se puede negar que hay una apertura del Gobierno que se ha ido profundizando en estos últimos meses, lo cual valoramos muchísimo"
C. ¿Cuál es su opinión, hoy, respecto a la informalidad en el país?
RN. No podemos seguir fomentando la informalidad, que ha crecido a niveles que no teníamos: está en alrededor del 70% y no lo decimos nosotros, son datos que han dado las instituciones oficiales para hacerlo. El 30% es formal y sigue creciendo la informalidad, empresas que por este tipo de cargas [como la del doble aguinaldo] se están pasando de la formalidad a la informalidad porque no pueden cumplir. Ya hemos tenido una cantidad considerable de empresas que no han renovado su matrícula o su registro.
C. ¿Usted cree que para que la producción nacional pueda competir con el producto extranjero se deba devaluar la moneda o incrementar aranceles, tal vez?
RN. Bueno, el tema de la devaluación hay que debatirlo con mucho cuidado, tenemos que ser muy conscientes de que tiene sus pros y sus contras, sus riesgos. Creo que es un tema que lo tenemos que debatir de una manera muy abierta. No creemos que sea una solución directa, tampoco que sea un beneficio actualmente: hay que debatirlo, es muy peligroso hablar de que la posición empresarial vaya por ese lado, no, no es así.
Ahora, tomar ciertas medidas, como un decreto que ha salido recientemente donde se incrementan los aranceles para ciertos productos es una medida paliativa que la recibimos muy bien, pero que tampoco ha sido consensuada con el sector empresarial. Entonces, tiene, pues, sus deficiencias. Lamentablemente en ningún momento nos preguntaron qué opinábamos de un decreto así. Tal vez si nos hubieran pedido opinión, hubiéramos logrado tener un decreto que hubiera sido verdaderamente paliativo.
Incrementan aranceles a ciertos productos que nosotros consideramos que no era necesario tal vez hacerlo en este momento, cuando la coyuntura nos hace que dirijamos nuestro esfuerzo a productos que sí están siendo afectados, y no nos abramos tanto, de un 20% a un 50%; entonces, cuando nosotros no tenemos ese tipo de participación en la discusión y somos parte activa, este tipo de decretos nacen con una limitación ya de por sí.
C. En términos generales, ¿cómo analiza el momento actual de la alianza público-privada para jalar el carro de la economía? ¿Se está haciendo lo suficiente desde el Gobierno para lograr ese objetivo?
RN. Los empresarios nunca vamos a decir que se está haciendo lo suficiente porque queremos participar más en la discusión de políticas económicas, de políticas de desarrollo y de políticas públicas, que eso es lo que nos corresponde en nuestro rol. Lo que sí tengo que reconocer, y eso lo valoro muchísimo, es que ha habido una apertura de ciertos ministerios que van directamente ligados con nosotros, como el de Producción y Desarrollo, el de Planificación, donde ya hemos instalado mesas de trabajo, y eso es definitivamente valorable. Al empresario privado lo veo participar en la construcción de ciertas leyes, como la de Conciliación y Arbitraje, como la de Inversiones, como la de Bancos. Entonces, no se puede negar que hay una apertura del Gobierno que se ha ido profundizando en estos últimos meses, lo cual valoramos muchísimo.
Pensamos que ese es el mecanismo. Los bolivianos tenemos que tener un punto de encuentro donde en la naturaleza de los roles podamos lograr esa complementariedad que nos permita avanzar en la construcción de una agenda público-privada que sea de beneficio para todos.
Yo creo que estamos avanzando. Creemos que se puede hacer mucho más en ese diálogo, pero no me cabe la menor duda de que la madurez y la necesidad que hay en estos momentos de crisis económica internacional y de cuidar nuestro mercado, de cuidar que el efecto sea el menor posible, va a hacer que se vaya abriendo mucho más el diálogo y que nosotros podamos transmitir nuestras propuestas de cómo debe llevarse al país hacia un desarrollo, hacia una eliminación de la pobreza lo más pronto posible. Ese es un desafío que tenemos todos los bolivianos.
"El tema de la devaluación hay que debatirlo con mucho cuidado, tenemos que ser muy conscientes de que tiene sus pros y sus contras, sus riesgos..."
C. ¿Hay de verdad complementariedad o es que hay un Estado empresario que compite con el empresario privado?
RN. Bueno, la complementariedad es una realidad cuando las dos visiones que tienen, en los roles y en la naturaleza de los roles de cada uno: ellos como gobierno, el Estado, y nosotros como empresarios, llegamos a un punto de equilibrio entre esas dos visiones. Eso es lo más difícil, pero, una vez eso se da, las cosas fluyen de una manera mucho más fácil y mucho más efectiva.
No podemos negar que, por la misma naturaleza de los roles, vamos a tener diferencias, vamos a tener desencuentros en algunos momentos con ciertas decisiones, pero eso es parte del día a día de estos roles, es parte del día a día de la discusión. Lo importante es avanzar en la solución y encontrar los puntos de equilibrio en donde podamos tener divergencias. Lo importante es que en los puntos en donde podamos tener acuerdos compartiendo visiones, podamos avanzar en darles soluciones ya sean coyunturales o sean estructurales.
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