¿Cuál es su evaluación sobre el desarrollo del país?
— Bolivia está atravesando por una coyuntura muy importante, es un país que viene creciendo a un ritmo acelerado, es un país que gracias a ese crecimiento acelerado logró, por ejemplo, disminuir la pobreza, reducir la inequidad e invertir en una serie de obras que resultaron en una nueva Bolivia que cree en sí misma y que ve un futuro más prometedor. El país sigue trabajando en la explotación y exportación de minerales y en toda la industria del gas, pero vino desarrollando además otras áreas que son importantes: la agricultura, donde hay inversión para alcanzar la tecnificación; y el aumento de la eficiencia. En el mediano plazo, el país también está buscando otras alternativas de inversión, como en el agua y la energía eléctrica. En ese sentido, Bolivia está atravesando una coyuntura muy interesante, con un crecimiento económico sostenido que le permitió mejorar la condición de vida de los bolivianos, mejorar sus índices macroeconómicos e invertir de forma sostenida en otros sectores que le generen crecimiento económico a futuro.
— ¿Cómo se puede optimizar el rumbo económico del país?
— Mirar a mediano y largo plazo, no a corto plazo. Hay aspectos de la economía que el país puede aprovechar un poco más. Por ejemplo, la agricultura es un sector importante, porque le da seguridad alimentaria al país, es un sector de enorme empleo en Bolivia y creo que hay que invertir en ampliar el valor agregado de los productos agrícolas (...), que se produzca con mayor eficiencia, más y con menos inversión, tecnificar la agricultura. Me parece además que Bolivia puede mejorar su clima de inversión. El país creció muchísimo y hoy ese crecimiento económico no se puede sustentar solo con la inversión del TGN, es necesario traer la inversión privada también. Los planes que tiene en mente el Gobierno son tremendamente audaces. Por ejemplo, los proyectos energéticos de manejo de agua y transporte requieren recursos de inversionistas extranjeros para poder apalancar un poco la inversión boliviana (...). Ha llegado el momento en el que para alcanzar el siguiente nivel de crecimiento Bolivia debe apalancar más recursos y para eso el clima de inversiones es un tema importante, hacerlo atractivo y seguro para los inversionistas, y creo que el país está trabajando en esa dirección, existe voluntad del Ejecutivo, pero falta mucho por hacer. Bolivia, asimismo, debe continuar con sus inversiones en temas sociales, es decir, en educación y salud, que son aspectos fundamentales y motores importantísimos para el desarrollo.
— ¿Qué perspectivas tiene sobre la economía del país?
— Bolivia está enfrentando, en este año en particular, una pequeña desaceleración que no es sorpresiva, porque mantener un crecimiento económico acelerado durante estos años (es difícil). Nuestra impresión es que esto (la desaceleración) es coyuntural y que en el mediano plazo Bolivia retomará su crecimiento gracias a una demanda interna impulsada por las políticas de redistribución de la riqueza. El crecimiento del país este año será próximo al 5,5%, el segundo más grande de América Latina. Pese a la desaceleración, Bolivia sigue siendo uno de los más fuertes del continente y eso le genera oportunidades y desafíos. Entre las oportunidades está el aumento de la inversión y entre los desafíos están el desarrollo de la capacidad institucional y el empleo de recursos para darle más servicios a la población. Esos son los desafíos que comienzan a ser más importantes cuando uno tiene más y más dinero.
— ¿Se debe mantener la política de bonos sociales en el país?
— En el tema de los bonos existen tres cosas que hay que mirar con atención. La primera, se debe revisar recurrentemente el direccionamiento de esos recursos, a quiénes va dirigido, porque las realidades sociales cambian con los años. El segundo punto es encontrar mecanismos mediante los cuales las familias que reciben estos bonos por muchísimos años tienen también la opción de salir del bono, es decir, cuando puedan generar sus propios recursos (...). Es una buena noticia cuando las familias se “gradúan” de los programas de trasferencia condicionada, porque quiere decir que el programa funcionó, ayudó a la familia a salir de una situación muy difícil y a crear sus propios ingresos. El tercer punto es la evaluación. Hay que realizar regularmente evaluaciones externas sobre estos programas, ver si están siendo efectivos, si la implementación está siendo eficiente para encontrar las debilidades que no se perciben internamente y tener la valentía de modificarlos, ajustarlos o eliminarlos, cuando el programa demuestre que no está dando resultados o que su impacto ya no existe.
— ¿Sería conveniente para Bolivia mantener el número de bonos o implementar más?
— Uno de los riesgos de tener muchos bonos es la falta de coordinación entre ellos. Bolivia tiene que mirar con mucha atención las experiencias que han habido en Brasil y México, donde se ha realizado la integración de esos bonos (...), esta integración facilitará la administración del bono, simplificará su evaluación y hará más claro su objetivo para la población.
Perfil
Nombre: Alberto Rodríguez
Nació: 04-08-1965
Profesión: Ingeniero industrial
Cargo: Director del Banco Mundial para los países andinos.
Experto en gestión educacional para la productividad
El colombiano es egresado en Ingeniería Industrial de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y posee un máster en Administración Educativa, un máster en Administración Pública y un doctorado en Política Educativa y Administración de la Universidad de Michigan de los Estados Unidos. Rodríguez se unió al BM en 1997. Desde entonces lideró el diálogo político y técnico en proyectos puestos en práctica en Brasil, Colombia, República Dominicana, Trinidad y Tobago, Indonesia, Kazajstán, Lituania, Eslovaquia, Polonia, Bulgaria y Bolivia, al tiempo que asesoró a las autoridades en varios países que implementaron reformas de los sistemas educativos. Con anterioridad fue gerente del sector Educación del BM para Europa y Asia Central, siendo responsable de las actividades educativas para al menos 30 países de esa región. Como director del BM será responsable de la alianza estratégica del banco con Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela, así como de la supervisión de una cartera de 37 proyectos y operaciones por un monto de $us 2.813 millones y donaciones por 52 millones.
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