lunes, 1 de agosto de 2016

Explotación de materias primas se triplica en los últimos 40 años



La explotación de materias primas en el mundo se triplicó en las últimas cuatro décadas, informó el Panel Internacional de Recursos (IRP, por sus siglas en inglés), que forma parte del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Unep). Entre 1970 y 2010, la cantidad de materias primas extraída ascendió de 22.000 a 70.000 millones de toneladas.

Los países más ricos emplearon de media unas diez veces más estos recursos que los más pobres del planeta y el doble de la media mundial. “Tenemos que afrontar ese problema de inmediato antes de que se agoten de forma inevitable los recursos que mueven nuestra economía y que sacan a la gente de la pobreza”, dijo la copresidenta del IRP, perteneciente a la ONU, la mexicana Alicia Bárcena Ibarra.

El cambio climático empeorará, la contaminación aumentará, desaparecerán especies y todo ello llevará finalmente a conflictos. Si no se frena esa tendencia, los 9.000 millones de habitantes de la Tierra en 2050 necesitarán 180 mil millones de toneladas de materias primas para cubrir como hasta ahora sus necesidades en alimentos, energía, agua, vivienda y movilidad.

Desde el año 2000 se ha acelerado en todo el mundo el uso de materias primas, señala el IRP, que menciona como ejemplo a China, cuyas ciudades e industrias se han sometido a una profunda transformación.

Para ello China precisa de una gran cantidad de acero, hierro, cemento, energía y materiales para la construcción. A su vez, apenas se ha hecho más eficiente el uso de materias primas. Más bien todo lo contrario, ya que desde 2000 se emplean las materias primas de forma menos eficiente que antes.

La situación de Bolivia
Bolivia es un país tocado con la varita mágica por su gran cantidad de recursos naturales, que tienen una alta demanda en el mundo. Sin embargo, hidrocarburos, minerales, maderas y otros, continúan siendo exportados sin valor agregado, lo cual significa que la industrialización no ha avanzado todo lo deseable.

La Fundación Milenio, en su último Informe Nacional de Coyuntura (COY 325), hace notar “lo paradójico del estatismo boliviano” de la siguiente manera: el déficit de inversión en exploración de hidrocarburos y minería; un déficit que hace insostenibles los niveles actuales de producción y que pone en riesgo el cumplimiento de los contratos de exportación de gas, de los cuales, no debe olvidarse, dependen los ingresos del país.

A continuación, señala: “el desbalance entre un sector público sobredimensionado, de un lado, y un sector privado constreñido y debilitado, de otro, no tiene cómo mantenerse. Tampoco es sustentable el gasto fiscal descontrolado y cada vez más apremiado de crédito externo, en circunstancias en que el ritmo de pérdida de reservas internacionales se acelera. Todo ello obliga a repensar la orientación actual del modelo económico, a fin de encontrar nuevos motores de crecimiento y competitividad. Lo que no pasa desapercibido es el amplio espacio existente para la inversión y la iniciativa privada. Tanto más ahora que asoman los síntomas de crisis del modelo estatista y dependiente de altos precios de las materias primas”.
Casi el mismo tiempo, el vicepresidente Álvaro García Linera cerraba la X Jornada Monetaria “Respuestas de Políticas en la Región en el Nuevo Contexto de Restricción Externa”, organizada por el Banco Central de Bolivia (BCB). Y aprovechaba la ocasión para destacar los logros del modelo económico boliviano, con una previsión de crecimiento de 5%, el segundo más alto de la región (después de Panamá, 6%).

Concretamente, de acuerdo con una información publicada en Página Siete, García Linera dijo que el modelo se fundamenta en cinco ejes: la nacionalización de los recursos naturales, el Estado como concentrador dinámico del excedente de recursos, el crecimiento de la inversión productiva, la priorización del mercado interno, y la activa política monetaria ejecutada por el BCB.

CLAVES

Aumentos más drásticos
Advierten que también se reducirá la diversidad de especies de fauna y flora y todo el proceso conducirá al agotamiento de los recursos naturales. Los aumentos más drásticos se registran en combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón), metales y otros materiales.

Huella de consumo
El informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente clasifica a los países por la huella de consumo de materiales por persona, es decir, “la cantidad de materiales necesarios para satisfacer la demanda final de un país”, explica el Unep en un comunicado.

Milenio Distribución de rentas
Según Milenio, el número de empresas bajo control estatal sigue creciendo, tanto las “estratégicas” y “las otras”, que solo son proveedoras de empleo y generan pérdidas -absorbidas por el TGN-, y que son mecanismos de distribución de rentas de los recursos naturales.

Dinamismo de la economía
Para amortiguar los efectos de la caída de precios de las materias primas, “los países deben estimular políticas destinadas a mantener el dinamismo de la economía respecto a la desaceleración del crecimiento”, según el experto uruguayo Gabriel Oddone, quien participó en la X Jornada Monetaria.

Sin límite Una noción ficticia
La socióloga, investigadora y analista Fernanda Wanderley advirtió en su última columna la existencia de “un sistema construido políticamente bajo un ideal de desarrollo fundado sobre la noción ficticia de que nuestro planeta puede sobrevivir a la explotación infinita de recursos naturales”.

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