Muy a menudo los técnicos y decisores de las administraciones reciben informaciones parciales o interesadas (provenientes de proveedores de servicios o de tecnologías) en relación a medidas y “soluciones” para abordar la logística urbana. La Guía de Buenas Prácticas que se propone se basa en los siguientes principios:
Rigor e independencia.
Las experiencias se describen detallando sus ventajas e inconvenientes y a qué tipo de problemas están destinadas.
Se explica claramente cuáles son las debilidades, riesgos y carencias de las experiencias.
Claridad.
Se trata de aportar claridad respecto a denominaciones, contexto y tipologías de las diferentes experiencias.
Pluralidad.
Se aportan experiencias del más amplio espectro geográfico posible. Asimismo, provenientes de ciudades con tamaños y características diversas. Siempre que sea posible se mencionaran referentes latinoamericanos.
Posibilidad de profundizar.
Las experiencias van normalmente acompañadas de enlaces o bibliografía para quien quiera aprender más.
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