martes, 29 de septiembre de 2015

La gente no renuncia a la empresa sino a "malos jefes"

¿Cuánto puede afectar un mal liderazgo en el desarrollo de una empresa? “La gente no renuncia a las empresas (que pueden tener una buena misión y visión, e incluso ser compatibles con la filosofía del empleado), sino a los “malos jefes”.

Un artículo de la página de Internet Trabajando.com indica que la primera causa por la que los colaboradores de una empresas renuncian es por tener "malos jefes", los cuales suelen ser incompetentes y pueden estar afectando a todo su equipo de trabajo. En otro estudio, a la pregunta “¿Tienes un jefe abusador”, el 25 por ciento responde que sí.

El estado anímico de los colaboradores afecta directamente su productividad y la calidad de su trabajo. Un análisis realizado por la empresa Gallup arroja que aquellos trabajadores que no tienen una adecuada dirección, además de una mala o nula retroalimentación de sus jefes son 50 por ciento menos productivos y un 44 por ciento menos rentables.

Los “malos jefes” no suelen estar bien capacitados ni tener las aptitudes para ser líderes; suelen ser prepotentes, gritones y creer que pueden tratar mal a sus trabajadores, intimidarlos o insultarlos, sólo por su jerarquía.

Delegan demasiadas presiones a los subordinados, no se involucran en el trabajo, pero presionan por resultados y se atribuyen los méritos logrados por el equipo.

Esta situación no sólo afecta el estado anímico de los trabajadores, sino también su concentración. Los empleados pueden llegar a pasar 19,2 horas a la semana pensando en qué dirán los jefes sobre su trabajo y desempeño, afectando su rendimiento de manera inconsciente. Se trabaja más pensando en lo que dirá el jefe que en la calidad del producto.

¿La solución? Algunos portales ofrecen la posibilidad de entrenar a estos jefes en manejo de recursos humanos. Otros son más radicales y proponen removerlos.

De cualquier manera, cualquier empresario o emprendedor que ponga jefes en su empresa deberá estar atento a estas situaciones observando su trabajo de vez en cuando y manteniendo un diálogo abierto con toda la gente (jefes y subordinados, de manera conjunta o por separado).

Periódicamente, se puede realizar evaluaciones de desempeño a los directivos y jefes de área.

Además, los expertos recomiendan realizar sondeos con los colaboradores. Calificar en encuestas anónimas el desempeño de sus jefes puede ser una alternativa viable.

CÓMO RECONOCERLOS

1. Son incompetentes. Carecen de las competencias para guiar y dirigir de manera correcta a sus colaboradores.

2. Delegan en exceso. Delegar demasiado sin involucrarse es dejarlos con los problemas.

3. No se involucran con la gente que los rodea. El desinterés puede llegar a afectar hasta no estar enterados de los problemas a los que se ven enfrentados sus colaboradores.

4. Someten a su equipo a demasiada presión. Esto conduce a una desmotivación, sobre todo si no va acompañado de una retribución.

5. No reconocen y se atribuyen los méritos. Hablan mal de sus subordinados, pero si logran objetivos presumen que todo fue esfuerzo propio.

6. No son receptivos. No abren canales de comunicación con su gente ni interactúan con el personal. Por eso, cuando hay problemas, no encuentran soluciones.

7. Siempre hay duelo de egos. Se ven amenazados si un trabajador sobresale.

8. Intolerantes a la frustración. Un buen jefe se preocupa por encontrar soluciones cuando las cosas no salen bien.

9. Son negativos. Todo puede llegar a salir mal. Contagian el estrés y provocan un ambiente laboral tenso y dañino.

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