No era una imagen que sorprendía a nadie. Sentado junto a Evo Morales en un sinfín de actos públicos aparecía Julio Montes, el delegado de Hugo Chávez en Bolivia.
Fue el embajador de Venezuela en La Paz desde el primer día de mandato del actual presidente Evo Morales, en enero de 2006, hasta julio de 2009. Los denominados "años más difíciles".
Y ahora reapareció como un poderoso ejecutivo, es el vicepresidente de la empresa ferroviaria más grande de Bolivia.
La compañía se propone unir los océanos Atlántico y Pacífico a través de Bolivia. Una especie de "canal de Panamá" para trenes.
Montes le negó a BBC Mundo haberse enriquecido gracias a sus vínculos políticos. Entonces, ¿cómo se dio la reinvención del diplomático chavista en hombre fuerte del empresariado boliviano?
Los años "más difíciles"
Ningún diplomático tenía una relación tan cercana con Morales como Montes. No era extraño verlos aparecer juntos en público en viajes nacionales e internacionales.
Eso comentaron dos autoridades actuales y un exministro, que conversaron en reserva con BBC Mundo sobre el papel de Montes y Venezuela en los primeros años de gobierno de Morales.
"Sin Venezuela no sé si habríamos superado 2008", dice uno de ellos.
La presidencia de Morales atravesó entonces sus horas más difíciles, cuando la oposición controlaba siete de nueve departamentos y el avión del presidente boliviano ni siquiera podía aterrizar en la mitad del país.
"Chávez sabía bien que las Fuerzas Armadas podían fallarle a Evo y él se encargó de que eso no suceda", señaló uno de los consultados, parte de la primera generación de ministros de Morales.
El vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, describió aquel momento como el periodo más difícil de la gestión presidencial que en enero próximo cumplirá 10 años.
"Gobernábamos sólo dos departamentos. No podíamos viajar por el país o llegar a un aeropuerto regional, tenían tomadas las instituciones, renunciaban los ministros, las secretarias lloraban. La seguridad nos decía que sólo saldríamos muertos", relató Linera en un discurso.
Según le dijo a BBC Mundo Montes, Venezuela tuvo un papel fundamental para que el gobierno de Evo Morales sobreviviera y según recuerda, acumularon experiencia durante los años de inestabilidad en la presidencia de Hugo Chávez.
"Estaba comprometida la existencia de Bolivia como nación. Había proyectos de separación en algunas regiones y una gran y profunda división por asuntos raciales. Pusimos el hombro para soportar las embestidas desde 2006 hasta 2008. Por eso se da la relación cercana con Evo Morales", recuerda el exemisario de Hugo Chávez en La Paz.
En aquella época, el fallecido líder de la Revolución Boliviariana llegó a hablar de apoyar un movimiento armado en Bolivia si Morales era derrocado por la oposición.
De diplomático a ejecutivo
En julio de 2009, Montes dejó de ser el embajador venezolano en La Paz y muy poco se supo de él en adelante.
Hasta el mes pasado, cuando su nombre reapareció reseñado en la sección económica de la boliviana Agencia de Noticias Fides como vicepresidente titular de la Ferroviaria Andina.
Quien propició esta "transición" es otro venezolano: Carlos Gill, quien además de ser socio mayoritario de Ferroviaria Andina también controla la Ferroviaria Oriental y es dueño de influyentes medios de comunicación bolivianos.
Gill, que también tiene la nacionalidad paraguaya, conversó con BBC Mundo sobre el proyecto ferroviario que plantea la creación de un "canal de Panamá del sur".
"El bioceánico es un proyecto que debe realizar el Estado boliviano. Nosotros como el consorcio privado que tiene la concesión, empujamos para que esto suceda", señaló.
El empresario anticipó que sus ferroviarias ya tienen acuerdos en Brasil, Argentina y Chile para unir a través de rieles al Pacífico con el Atlántico.
El venezolano dijo que no debería extrañar a nadie la conversión de Montes en ejecutivo de una empresa.
"Las grandes compañías siempre aprovechan la experiencia de los exdiplomáticos. Sucede en Francia, en Alemania, en Estados Unidos. Yo hice eso. Decidí aprovechar la experiencia que tiene Julio para que aporte al proyecto", indicó.
Montes, mientras tanto, señala que su reaparición convertido en alto ejecutivo no significa que haya abandonado sus convicciones de socialista. Todo lo contrario, según él.
"Nunca estuve escondido. Estaba contribuyendo en la tarea del proyecto del ferrocarril. Yo creo que el ferrocarril bioceánico es el proyecto más integrador de América".
Tanto Montes como Gill le aseguraron a BBC Mundo que sus negocios en Bolivia no se vieron beneficiados en ningún momento por la buena relación gubernamental entre Caracas y La Paz.
El exministro de Defensa boliviano Wálker San Miguel (2006-2009) también figura entre los directivos de Ferroviaria Andina como síndico titular.
Los movimientos económicos venezolanos
Capitales de Venezuela controlan medios de comunicación, instituciones financieras, exportadoras y productoras de soya, además del virtual monopolio de la red de trenes gracias a las inversiones del grupo de Gill en las ferroviarias Andina y Oriental.
Bolivia conserva el 50% de la propiedad de los trenes y otorga la otra mitad en concesión.
El periodista boliviano Raúl Peñaranda publicó en 2014 el libro "Control Remoto", un trabajo que describe la forma en la que medios de comunicación bolivianos pasaron a manos de empresarios venezolanos.
"Yo señalo que fue Montes quien trabajó para que Gill pudiera comprar en Bolivia el diario La Razón y la red ATB hace poco menos de una década. Ello demuestra también la enorme colusión de intereses privados y públicos en Venezuela", indicó Peñaranda a BBC Mundo.
De acuerdo al periodista, la compra de esos medios tenía como objetivo lograr la "confianza" del gobierno boliviano para poder hacer otros negocios.
"Esos medios de comunicación son solamente mecanismos para que Gill haga otros negocios en sectores estratégicos que, curiosamente, nunca se nacionalizan".
Alejandro Almaraz, quien fuera viceministro de Tierras durante la primera gestión de Evo Morales y ahora alineado en la disidencia, coincide al considerar que falta transparencia en los movimientos económicos venezolanos en Bolivia.
"Es preocupante que empresas y medios de comunicación sean acaparados por inversores que en Bolivia no son conocidos y en transferencias que se dan de repente, sin claridad", le dijo a BBC Mundo.
Almaraz añadió que la presencia venezolana en los años en los que Julio Montes fue embajador era "fuerte en términos políticos", aunque a diferencia de la cubana, no se enfocaba en los detalles de la gestión.
Una de las fuentes gubernamentales consultadas por BBC Mundo para este reportaje afirmó que "sería imposible"que enormes capitales privados venezolanos hayan ingresado a Bolivia sin las gestiones políticas de los emisarios de alto nivel que conectan a Caracas con La Paz.
En efecto, en cualquier lugar del mundo es de lo más usual que diplomáticos hagan gestiones a favor de los intereses de las empresas de su país.
Pero en este caso, esas gestiones en su momento estuvieron al mando de Julio Montes, hombre escogido por Hugo Chávez para representarlo ante uno de sus aliados principales.
Y ahora Montes reaparece convertido en alto ejecutivo. Pasó de sentarse en el avión junto a Evo Morales a la directiva, nada menos, de la red de trenes más importante de Bolivia.
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