lunes, 12 de junio de 2017

Pensar como niño ayuda en los negocios



Reconocer la creatividad, curiosidad, determinación, ambición y sociabilidad, como parte del comportamiento de un niño pequeño que busca atención, puede eclipsar cualquier cosa que invente un experto en mercadeo. Ponerse en los zapatos de un niño chiquito puede disparar la imaginación y ser el mejor aliado en los negocios.

Para el emprendedor Paul Lindley (50 años de edad), adoptar la mentalidad de un niño pequeño rindió frutos.

Sin experiencia previa en los negocios y con un capital de 32.339 dólares, Lindley comprendió que necesitaba inyectarle más fuerza a su presentación como vendedor a fin de convencer a los fabricantes y a los supermercados de trabajar con él.

Le pidió consejo a su hijo de cuatro años para que seleccione uno entre varios batidos de colores. El pequeño Paddy escogió el rojo, “rojo como mi camión de bomberos”, dijo. Su papá decidió nombrar al batido “El rojo” y ponerlo en un empaque del mismo color, lo que no les pareció a sus socios que sugirieron más bien colores menos brillantes y relacionados a la ecología, como el verde. Menos mal decidió hacer caso a su pequeño porque el producto tuvo un éxito de ventas.

"Me inspira ver la seguridad en sí mismos que transmiten los niños cuando muestran sus dibujos o cuando están en un escenario", comentó Lindley.

"La Cocina de Ella", la compañía que fundó en Reino Unido en 2006, se expandió a más de 40 países y ahora registra ventas por más de 100 millones de dólares cada año.

En opinión de Lindley, la lección que muchos empresarios deberían tomar en cuenta es que los niños deberían ser vistos como algo más que "adultos en entrenamiento".

Niño interno

No se trata de promover pataletas, sino "De rescatar las cosas positivas de la niñez, amplificarlas, recordarlas y redescubrirlas en tu vida de adulto", dijo Lindley.

Entre las investigaciones académicas que respaldan este enfoque de Lindley, están los trabajos de la profesora de psicología y filosofía de la Universidad de California Alison Gopnik, que muestran a grupos de pequeños que resuelven mejor algunas tareas que niños más grandes o incluso adultos.

Gopnik dice que gracias a su "creatividad libre y su jocosidad", los niños representan el departamento de investigación y desarrollo de la especie humana. La adultez es "el departamento de producción y mercadeo", compara.

“A medida que nos vamos volviendo viejos, las partes frontales de nuestro cerebro -que utilizamos para planificar, concentrarnos y tomar decisiones rápidas- ejercen mayor control”, sostiene.

Según Gopnik, esto trae como desventaja una forma de pensar menos divergente. Se nos hace más difícil imaginar diferentes posibilidades y aprender cosas nuevas.

"El ruido, lo impredecible y la naturaleza cambiante que vemos en los niños -algo que quisiéramos controlar- es en realidad una de las cosas que permiten a nuevas generaciones pensar diferente", dice la investigadora.

Instalar el botón de niño

El reto para los emprendedores que aspiran a capturar nuevamente la creatividad, la innovación y el alboroto sin perder la efectividad en la planificación y ejecución, es ser capaz de "ir hacia atrás y hacia adelante" entre estos dos modos de pensar.

Dayra Zabelina, una neurocientífica cognitiva de la Universidad de Colorado, participó de un estudio donde se le propuso a un grupo de estudiantes que se imaginaran a la edad de siete años de edad y respondieran pruebas estándar para medir la creatividad del individuo.

El resultado demostró que este grupo tuvo más inventiva para resolver la prueba que aquellos a los que se les pidió actuar de acuerdo con su edad.

Cuando se le dijo a este último grupo describir cómo pasarían un día libre, enumeraron una lista de actividades domésticas como lavar la ropa, ir al mercado, recuperar las horas de sueño. Para los que se imaginaron niños, las ideas que sugirieron fueron muy distintas, como visitar a la abuela, salir a jugar con los amigos o encontrar el helado más grande de la ciudad.

Al pedirles que transformaran figuras incompletas en dibujos, los que asumieron la edad de siete años crearon "mejores y más creativos" trabajos.

CLAVES

CEREBRO

Estimula la creatividad

La creatividad se estimula con cualquier cosa que dé tiempo para jugar e imaginar. Cuando un humano se divierte, su mente no se encierra en algo específico y el cerebro ve cosas diferentes.

INVERSIÓN

En juegos

Hay empresas que invierten en toboganes gigantes, mesas de ping-pong, espacios de juego acolchados o piscinas de pelotas de colores. Un ejemplo es Sleeping Giant Media del Reino Unido, que apela al niño interior de sus empleados.

INFANTILIZAR

Puede ser dañino

Jeremy Myerson, experto en diseño de oficinas del Real Colegio de Arte, advierte sobre el riesgo de "infantilizar" a los empleados, diseñando oficinas llenas de distracciones, como sucede con Google; puede ser dañino, dicer.

MIRADAS

Con ojos de niño

Hay que “hacerse pequeño” y mirar el mundo a través de la mirada de un niño. Al tomar una ruta diferente a la oficina, se ven cosas que normalmente no se ven. En síntesis se debe tratar de disparar pensamientos frescos antes de iniciar un trabajo creativo.

INQUIETUD

Inventa una cámara

El libro de Paul Lindley, relata la experiencia de una niña llamada Jennifer, quien preguntó a su padre por qué no podía ver de inmediato la foto que habían tomado. Una hora más tarde, su padre inventó la cámara Polaroid.

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