miércoles, 12 de julio de 2017

Rafael de Hoyos: ‘El bono demográfico se puede convertir en una carga para la región’

El economista senior para la Práctica Global de Educación del Banco Mundial llegó a Bolivia para exponer los resultados y conclusiones de Ninis en América Latina, 20 millones de jóvenes en busca de oportunidades, un informe que refleja una problemática económica y social compleja como es la de las personas que ni estudian ni trabajan. El coautor del estudio ofrece algunas pautas de cómo se pueden mejorar los salarios y la empleabilidad de este segmento poblacional en la región.

Uno de cada cinco jóvenes del continente de entre 15 y 24 años de edad ni estudia ni trabaja (nini), lo que representa más de 20 millones de personas, según el informe Ninis en América Latina, que incluye a 15 países de la región, excepto Bolivia. Entre 1992-2015, “la proporción de ninis disminuyó de 23 a 19,8%, pero el número absoluto aumentó en 2 millones” a pesar del buen desempeño económico de la región durante la primera década del siglo, con altas tasas de crecimiento y una reducción significativa de la pobreza y la desigualdad, alertó el mexicano Rafael de Hoyos, coautor del estudio.

— ¿Cuáles son las características de los jóvenes que ni estudian ni trabajan?

— Los ninis son una población altamente heterogénea, madres solteras, madres que viven con sus padres, jóvenes que salieron del sistema educativo en el nivel básico y jóvenes que están en una etapa de transición entre un trabajo y otro. Las causas que hay detrás de esa condición son diversas, pero un factor común es su falta de competencias para insertarse de forma exitosa en el mercado laboral y contribuir al desarrollo económico y social de los países.

— ¿Cuáles son las características comunes de los países que han registrado mayores incrementos en el segmento nini?

— Están asociadas a sistemas educativos que tienen problemas serios de abandono escolar en la primaria y secundaria, a un bajo nivel institucional para hacer frente al crimen organizado y a tasas de crecimiento que no son suficientes para generar las oportunidades de empleo adecuados (...). A mayor actividad económica menor porcentaje de ninis.

— ¿Por qué es importante la atención a este segmento?

— Hay al menos tres razones. La primera es que es un fenómeno a través del cual se transmite de una generación a otra la desigualdad y la pobreza. De los 20 millones de ninis que hay en la región el 60% proviene del 40% de los hogares mas pobres, lo que tiene un impacto negativo sobre sus ingresos presentes y futuros. La segunda es que en algunos contextos el fenómeno está vinculado a la criminalidad y a la violencia, sobre todo en el caso de los hombres; y la tercera es que podría impedir que la región se beneficie de la transición demográfica. Desde 2015 hasta 2030 vamos a tener las tasas de dependencia más bajas de nuestra historia, es decir, el porcentaje de niños y adultos mayores será menor en comparación con la proporción de población en edad de trabajar...

— El bono demográfico...

— Así es. Si no damos a nuestros jóvenes habilidades que les permitan contribuir de forma positiva a la productividad y al crecimiento económico, el bono demográfico lejos de representar un rédito se puede convertir en una carga para la región, porque luego va a empezar a haber más adultos mayores. NdE. Esto implica que en el futuro habrá más personas que después de concluir su vida laboral ingresarán al Sistema de Pensiones, pero menos trabajadores activos que deberán aportar para aquellos que se jubilen.

— ¿Las medidas necesarias para evitar esta situación están siendo asumidas en la región?

— Salvo Chile y en alguna medida Perú, los países no han sabido generar las oportunidades y, sobre todo, las competencias para que nuestros jóvenes

—sin importar su condición social— puedan después contribuir a la economía.

— ¿Cómo la tecnología puede ayudar en este problema?

— Desde el punto de vista educativo, puede proveer las habilidades mínimas necesarias, pero no como lo hemos hecho hasta hoy en América Latina, distribuyendo laptops. Nuestras investigaciones, las del BID y otras demuestran que esa política no ha tenido ningún efecto positivo sobre los aprendizajes de los alumnos y, en cambio, sí ha generado una carga fiscal importante para el contribuyente.

— ¿Por qué la dotación de dispositivos móviles no permitió alcanzar resultados positivos?

— El problema es que no se pensó en el modelo pedagógico, se pensó mucho en esta visión optimista

—totalmente desapegada de la realidad— de que si nosotros le damos una laptop a todos los niños, ellos explotando su curiosidad van a empezar a aprender.

— ¿El estudio permite proyectar un mayor o menor número de ninis en los próximos años?

— Si asumimos que las políticas públicas no cambian, podemos proyectar una ligera reducción en el número de ninis, pero eso es simplemente porque la transición demográfica va a hacer que el grupo poblacional de entre 15 y 24 años vaya disminuyendo en los próximos 30 o 40 años.

— ¿Qué recomendaciones realiza el estudio para que la cifra absoluta de ninis no suba?

— La sugerencia más importante es que la política más efectiva es la prevención. Primero hay que destinar recursos humanos y materiales para mejorar la nutrición, la estimulación y la educación temprana de, específicamente, niños de los hogares más marginados, para que cuando éstos ingresen al sistema educativo tengan las condiciones mínimas para aprender. Segundo, hay que garantizar que las escuelas que atienden a nuestros niños más pobres tengan los insumos y lo docentes adecuados para proveerles de una educación de calidad. Pero hoy por hoy, lo que tenemos es precisamente lo contrario. Los niños más pobres que no recibieron estimulación y nutrición llegan a las escuelas que peor funcionan. Entonces, lo que tienes es un sistema educativo que perpetúa y exacerba las desigualdades de origen. Por otra parte, a los actuales ninis hay que proveerles de capacitaciones técnicas cortas para el trabajo que incluyan la generación de habilidades socioemocionales, como el trabajo en equipo, la puntualidad y la perseverancia, entre otras.

Datos:

Nombre: Rafael E. de Hoyos

Profesión: Economista

Cargo: Economista senior del Banco Mundial

Experto:

El premiado experto obtuvo su doctorado en Economía en la Universidad de Cambridge, su maestría en Desarrollo Económico en la Universidad de Sussex y su licenciatura en Economía en la Universidad Autónoma de Nuevo León, en la que también realizó estudios en Derecho. Además de ser autoridad en el Gobierno mexicano, fue investigador de Cambridge, de la ONU y la CEPAL.

No hay comentarios:

Publicar un comentario