martes, 3 de enero de 2017

El último trimestre del año es cuando más gastan las familias


CIFRAS

10 por ciento creció, aproximadamente, la inversión pública nacional respecto a 2015, marcando un récord histórico.

26 por ciento del total del crédito productivo se concentra en el sector industrial en Chuquisaca.



La mayor parte de los sectores comerciales se dinamizan en el periodo de fin de año, ofertando una gran variedad de productos a los consumidores, que a su vez gastan grandes sumas de dinero para aprovechar la etapa de vacaciones y para poder seguir las costumbres y tradiciones que se practican durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo, con el fin de pasarla lo mejor posible con la familia y los amigos.

De acuerdo con los datos del Producto Interno Bruto (PIB) según tipo de gasto por trimestre en Bolivia, muestran que el gasto de las familias se incrementa durante el último trimestre (entre octubre y diciembre) respecto a los demás trimestres, es decir el 30% de todo el gasto del año se realiza en el último trimestre de la gestión.

La mayor parte de los sectores comerciales se dinamizan en el periodo de fin de año, ofertando una gran variedad de productos a los consumidores, que a su vez gastan grandes sumas de dinero para aprovechar la etapa de vacaciones y para poder seguir las costumbres y tradiciones que se practican durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo, con el fin de pasarla lo mejor posible con la familia y los amigos.

El decano de la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, de la Universidad San Francisco Xavier, Peter Campos, explica que al último trimestre le siguen el primer trimestre (enero-marzo) con el 25% del total del gasto anual, luego el tercer trimestre (julio-septiembre) con el 24% del total del gasto anual y el trimestre en el que menos gasto se realiza es el segundo (abril-junio) con el 21% del total de gasto anual.

Para Peter Campos, el comportamiento de consumismo y despilfarro de las familias en diciembre, es impulsado por las fiestas de Navidad y Año Nuevo y es financiado principalmente por el aguinaldo.

Este hecho permite a la gente “tomar” las tiendas, los mercados y las ferias para comprar compulsivamente ropa, joyas, juguetes, muebles, además de comida y bebida, especialmente para la cena de Navidad y el festejo de Año Nuevo.

Adicionalmente algunas familias viajan de vacaciones por el país y los más pudientes salen al exterior del país y también se permiten otros lujos.

El comercio se dinamiza

En este tema, el docente de la facultad de Economía y Ciencias Empresariales, de la Universidad San Francisco Xavier, Ricardo Baldivieso, considera que entre los sectores más dinámicos en el periodo de fin de año, está el comercio de juguetería y ropa; productos de panadería (panetones, roscas, budines, etc.), chocolates, pastillas y golosinas en general; bebidas alcohólicas (cerveza, singani, whisky, vino, sidras, entre otras), insumos agrícolas y pecuarios para las cenas, tomando en cuenta las carnes de res, cerdo, y pollo, también están los choclos, patatas, ají, cebolla, verduras y otros ingredientes.

“El transporte aéreo y terrestre es otro sector que también se intensifica, el transporte local también se incrementa debido al flujo de visitantes. Asimismo, aumenta el comercio de electrodomésticos, celulares, televisores, cocinas, vajillas y otros”, detalla el profesional.

Las peluquerías, los spas, tratamientos de manicura, pedicura, cirugías estéticas y otras actividades “banales” que destacan la belleza de las personas que quieren verse espectaculares para la fiesta de Año Nuevo, también mueven importantes sumas de dinero.

“Todos los gastos se hacen con el objetivo de aprovechar el periodo de vacaciones, seguir las costumbres y tradiciones de las fiestas de fin de año, con el fin de pasarla lo mejor posible con la familia, entregando presentes en Nochebuena y organizando las reuniones sociales de tipo familiar en Navidad y Año Nuevo”, manifestó Baldivieso.

En este marco, surge una pregunta inevitable ¿La gente planifica sus gastos? Según Baldivieso, implícitamente todo consumidor promedio realiza un presupuesto de gastos al que trata de ajustarse, aunque no necesariamente lo cumple pero, aun así guía su comportamiento.

No obstante, ese presupuesto no necesariamente identifica el tipo de bien que se comprará, la marca y el monto. “Considero que hace una distribución genérica entre alimentación, diversión, consumo duradero y otras compras. De hecho las amas de casa son las mejores planificadoras del gasto en los hogares”, aclaró.

Feria de Navidad

Sin duda, la Feria de Navidad es la muestra que más expectativa genera entre la población que está deseosa de ir a comprar prendas de vestir, juguetes y otros obsequios para sus familias, sin embargo, el constante conflicto entre gremiales locales y los llamados viajeros le quita el brillo a esta actividad.

Según el director de la carrera de Economía de la Universidad San Francisco Xavier, Edwin Hurtado, una feria debe beneficiar al comprador con una –diversa oferta de productos relacionados con las fiestas de fin de año, a precios competitivos y accesibles.

Eso lamentablemente no ocurre en la práctica, los gremiales que participan en las ferias son los mismos que tienen tiendas o puestos de venta en los mercados Negro y Campesino de Sucre, es decir solo trasladan sus actividades comerciales de un lugar fijo a la feria.

“Es obvio que esto les genera costos adicionales, lo que les impide ofertar productos a menores precios, más contrariamente los precios tiende a subir. Sin embargo, como los gremiales locales cuentan con el apoyo y la fuerza de su organizaciones gremiales pueden manejar en complicidad con las autoridades municipales la organización de la feria, disponiendo quienes serán parte de la misma”, dijo Hurtado.

Estas acciones desvirtúan el principio de una feria: favorecer a los consumidores con productos a precios más bajos.

Además, ejercen poder, imponen condiciones e impiden a otros comerciantes, (viajeros) que sí tienen la capacidad de ofertar productos en condiciones más competitivas, participar en la feria, porque sus intereses se verán perjudicados, ya que es natural que los consumidores opten por comprar productos de los comerciantes que venden a precios más económicos.

“En concreto, los comerciantes locales que se trasladan a la feria tienen una actitud abusiva, porque no permiten que la gente del pueblo pueda acceder a los productos navideños en mejores condiciones”, aseguró Hurtado.

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