domingo, 23 de agosto de 2015

El intrapreneur, un valor en la empresa

Como el apreciado lector de esta columna puede darse cuenta, hoy en día en el mundo estamos viviendo tiempos de cambio muy acelerados en lo social, político y económico; y todas las organizaciones están sujetas a una serie de presiones e incertidumbres que nunca enfrentaron y que las están obligando a reaccionar rápida y dinámicamente. De ahí que la empresa que no es capaz de cambiar o reinventarse a sí misma para adaptarse al nuevo entorno corre el riesgo de estancarse o desaparecer.
Para evitar ello y por el contrario crecer, se requiere de la capacidad de innovar o crear nuevos negocios, no sólo para solucionar problemas que afectan actualmente de manera negativa a nuestra compañía, sino para investigar sobre nuevos modelos de negocios y gestión para sobrevivir y progresar. Es en este punto donde es de vital importancia el espíritu emprendedor dentro de nuestras instituciones.
Comúnmente se asocia al espíritu emprendedor con la creación y puesta en marcha de nuevas empresas, empero no existe nada más lejano a la realidad que ello. Como lo explica Simon C. Parker, investigador sobre emprendimiento de la Universidad de Western Ontario, el espíritu emprendedor puede ser puesto de manifiesto dentro o fuera de un contexto organizacional o empresarial.
Por un lado, se puede encontrar quienes crean empresas, pero, por otro, hay quienes las transforman y las hacen crecer. Parker explica a la actividad emprendedora como "la gestión del cambio radical y renovación estratégica, sin importar si ésta ocurre dentro o fuera de organizaciones existentes, y sin importar si esta renovación da lugar, o no, a la creación de una nueva entidad de negocio”.
Es así que desde esa perspectiva se pueden identificar dos tipos de emprendedores: El entrepreneur y el intrapreneur.

El entrepreneur
A pesar de que el concepto proviene del ámbito académico anglosajón de los negocios y las finanzas, se ha extendido el término de entrepreneur, éste tiene origen en la palabra francesa entreprendre, que se refiere a la acción de llevar adelante un proyecto.
Es así que desde ya el siglo XVII los economistas franceses identificaban como entrepreneurs a las personas que salían de su zona de confort y afrontaban riesgos para llevar adelante nuevos proyectos en sus vidas.
Por ello, y de manera natural, se fue empleando este calificativo para identificar a los creadores de nuevas empresas, pues ese reto implica ingresar en diversos riesgos y exige a las personas la capacidad de innovar para salir adelante. Dicho término hoy en día está muy de moda gracias a la gran notoriedad que tienen empresarios como Bill Gates, Steve Jobs y Mark Zuckerberg, entre otros.

El intrapreneur
Pero, ¿qué pasa cuando las oportunidades de negocio, riesgos y recursos se identifican dentro de una empresa ya existente? Es ahí donde entra en escena el no tan hollywoodense intrapreneur.
Este término es atribuido a GiffordPinchot III, autor norteamericano que junto a su esposa escribió en 1978 el libro Emprendimiento dentro de las corporaciones, en el que se define al ejecutivo que no quiere salir de la empresa donde trabaja, pero que es capaz de identificar nuevas oportunidades de negocio e instrumentar una serie de acciones que le permiten innovar en los procesos y productos que se presentan para la misma, convirtiéndolas en nuevos negocios para la organización.
Con base en la profunda discusión que este nuevo concepto trajo a la palestra, en 1992 el American Heritage Dictionary definió al intrapreneur como "aquella persona dentro de una organización que se responsabiliza por convertir una idea en un producto terminado, económicamente viable, a través de la toma de riesgos y la innovación”.
En este grupo de emprendedores no tan famosos pero igual de importantes que los anteriores se puede identificar a personajes como Tim Cook (CEO actual de Apple); Paul Buchheit, programador de Google que creó el G-mail; o Ken Kutaragi, trabajador de Sony que creó el Playstation.
Como el paciente lector podrá observar, el entrepreneur y el intrapreneur son igual de importantes para el desarrollo de las empresas, pues los primeros las crean y los segundos tienen la capacidad de hacerlas crecer o transformarlas en el tiempo. Ambos identifican las oportunidades, cuantifican los riesgos y ponen en marcha proyectos de una manera creativa e innovadora, pero mientras uno lo hace en un ambiente externo, el otro lo hace bajo el paraguas de una empresa que lo apoya e impulsa sus locuras.

* El autor, economista, es experto en finanzas.

El intrapreneur es el ejecutivo que no quiere salir de la empresa donde trabaja pero es capaz de identificar oportunidades de negocio que coadyuvan en su trabajo.

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