lunes, 31 de agosto de 2015

Economía real y financiera

Toda transacción económica simultáneamente es real y es financiera. Ambas se mueven inexorablemente sujetas a las leyes básicas de la economía, vale decir, de la oferta y la demanda.
Una transacción en los mercados de bienes y servicios es una compra/venta con uso del dinero, en cualquiera de sus formas. Pero también hay transacciones en los mercados de activos financieros, donde el dinero es uno de ellos.
La economía supone que ambos mundos, real y financiero, se muevan simultáneamente y en equilibrio. Pero ésta es una simplificación de una situación muy compleja.
En los últimos días de agosto hubo noticias generalizadas de prensa sobre las caídas en los precios de los mercados de activos financieros en el mundo, de los cuales comparten las materias primas. Lo destacable es que fue una caída generalizada en los mercados y, en promedio, en tasas bastante similares.
Esto quiere decir que los mercados financieros creen -o esperan- que hubiese un exceso de oferta tanto de materias primas como de activos financieros, razón que explica la caída de precios. También puede ser la consecuencia económica de que ya se presentó, con anterioridad, un exceso de oferta en determinados mercados y, en general, en los mercados financieros, por lo que la caída de precios, con rezago, es un hecho inexorable.
En los países se está aumentando el dinero continuamente, el mismo que se concentra en los mercados financieros en la medida en que el país es más desarrollado. En los países no desarrollados el dinero se concentra en los mercados corrientes de bienes y servicios e inmobiliario, presionando las importaciones y/o generando inflación de precios.
La gente suele preguntarse por qué sube tanto el precio del oro. La respuesta es que la gente sigue buscando algo seguro y fácilmente vendible para mantener su riqueza. Se considera que el oro cumple esta condición, sobre todo, cuando el dólar americano, que es el dinero por excelencia, presagia problemas.
El mundo de los mercados de bienes y servicios opera según las leyes de la demanda y de la oferta, pero con fuertes distorsiones, dado que los gobiernos de los países, en mayor o menor medida, no permiten el libre comercio de bienes ni de servicios ni plena movilidad de factores.
Por tanto, los precios determinados en los diferentes mercados nacionales no son los óptimos. Estas restricciones no están presentes en los mercados financieros, que también se mueven bajo las reglas de la demanda y de la oferta, pero donde se observa una amplia libertad de "movimientos de capitales” o del dinero.
Lo deseable es que paralelamente al libre movimiento de capitales se imponga la libertad mundial del comercio de bienes y la libre movilidad del factor trabajo. Pero las restricciones en los mercados reales se manifiestan distorsionando los mercados financieros.
En el mundo actual, casi todo se ha convertido en activo financiero. Los commodities se venden y se compran en la forma de activos financieros, cuyo propósito inmediato no es su uso, sino mantener y acrecentar la riqueza poseída.
Pero lo que sucede en los mercados reales -como es el de las materias primas convertidas en activos financieros- es que, con rezagos, está presente la conducta de los mercados financieros, pero nadie sabe cuándo. Un exceso de producción real en algún momento es percibido por algunos agentes del mundo financiero como insostenible; consideran que los "stocks e inventarios” están en un nivel muy alto, por lo que se viene una caída de precios, lo cual ellos hacen realidad al vender activos financieros.
Pero esta opinión no es compartida por todos, porque de serlo no habría compradores. En el mundo de los activos siempre existen los que creen, en el corto plazo, que un precio de algo subirá y otros que creen lo contrario.
La pregunta es: ¿por qué se habría presentado ese exceso de oferta? La respuesta es que es consecuencia del gran auge económico mundial, ya de muchos años, liderado por China, con un bache dado por la crisis económica mundial del año 2009, cunado se dio un continuo exceso de demanda con su correspondiente alza de precios y que incentivó, precisamente, este exceso de oferta actual.
Estos hechos nos demuestran que, en realidad, los mercados financieros no funcionan junto a los mercados reales, sino que lo hacen de manera separada. En los mercados financieros se determinan los precios, pero con rezagos, razón por la cual nadie sabe qué puede pasar con un precio mañana.
Todo depende de las expectativas que tengan los que operan en los mercados financieros, expectativas que pueden ser tanto racionales como no racionales.

* Profesor emérito de la UMSA y miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.

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