¿Qué papel desempeña el PMA en Bolivia?
 — El PMA (Programa Mundial de Alimentos) tiene presencia en 12 países 
de la región. Básicamente, apoya las estrategias de cada nación para la 
reducción de la inseguridad alimentaria, genera espacios para el 
fortalecimiento de actividades que respondan de manera inmediata a 
emergencias, promueve actividades para (el acceso a los) alimentos con 
cupones o dinero en comunidades muy pobres, así como la inclusión de 
pequeños productores en el mercado. Esos son principalmente niveles de 
participación que se tiene en la región y son fundamentales en América 
Latina y el Caribe por los escasos recursos que hay, tomando en cuenta 
que la mayor parte son países de medianos ingresos. En América Latina y 
el Caribe tenemos actividades de capacitación, centradas en el 
fortalecimiento de capacidades. 
  — Y en Bolivia, ¿cuál es la estrategia de trabajo?
 — Se ejecuta una estrategia aplicada a través del Programa País que 
tiene tres componentes importantes: uno es el apoyo a la alimentación 
escolar; el segundo está dirigido a reducir la desnutrición con el apoyo
 al estado nutricional particularmente en los primeros años de vida de 
los niños y con las madres gestantes y lactantes, y en tercer lugar está
 el fortalecimiento de las capacidades de respuesta a emergencias en 
comunidades vulnerables a desastres naturales. Al mismo tiempo, dada la 
especialización de la organización, en caso de desastres naturales y si 
el Estado de cualquier parte de América Latina o el Caribe lo solicita, 
ayudamos con logística y apoyo alimentario y comunicacional.
  — ¿Cuáles son hasta ahora los resultados de la labor que desempeña el PMA en Bolivia?
 — Como en otros países de la región, tenemos presencia por años en 
Bolivia. Lo que hicimos hasta hace unos cinco años, cuando cambiamos de 
estrategia, en el apoyo con alimentos, (fue ejecutar) programas de 
fortalecimiento de capacidades, creación de activos y generación de 
microcuentas de las comunidades hasta 2007. Tenemos millones de personas
 graduadas de estas actividades en toda América Latina y, por supuesto, 
Bolivia. Ahora estamos más concentrados en la capacitación y asistencia 
técnica, el fortalecimiento de capacidades.
  — ¿Cómo se trabajó en el tema específico de desnutrición?
 — Es importante manifestar que hubo un avance notorio en términos de la
 reducción de la subnutrición en los últimos años en Bolivia, hemos 
pasado casi del 38% al 19,5% y es destacable porque de una manera u otra
 se han cumplido los Objetivos de Desarrollo del Milenio, sin embargo, 
todavía tenemos un alto nivel (de desnutrición) y debemos hacer mucho 
para que más de dos millones (de personas) puedan comer mejor en este 
país. Además existen otros retos como (combatir) la desnutrición crónica
 infantil, si bien hay avances importantes que no han sido formalizados 
—dado que no ha habido una encuesta (al respecto) desde 2008— las cifras
 del 27% aún son oficiales, aunque sabemos que existe la posibilidad de 
que se hayan reducido al 15%, lo que sería importante. No obstante, 
estamos hablando de 300.000 niños que se hallan en situación de 
desnutrición crónica; estamos preocupados en términos de malnutrición en
 términos de anemia y también de obesidad, particularmente en las zonas 
urbanas de las grandes ciudades. 
  — ¿Cuáles son los niveles de población con obesidad y anemia?
 — En términos de anemia, la cifra global que manejamos en Bolivia es 
del 61%, y en obesidad tenemos los datos de la encuesta de 2008 que 
indicaba que en mujeres en edad fértil llega al 38%. Son indicadores 
bastante altos. Lo paradójico en América Latina y Bolivia (es que) 
muchas veces las familias pueden salir de la extrema pobreza, pero no 
necesariamente mejorar las situaciones nutricionales y por eso es 
fundamental la educación nutricional. Tenemos que invertir más en 
educación nutricional.
  — ¿Se cuenta con los recursos suficientes?
 — El PMA es un programa financiado de manera voluntaria. En 2014 
trabajamos para un presupuesto mundial de aproximadamente 5.800 millones
 de dólares y en 2015 estamos pensando en uno de 7.400 millones. Esto no
 es necesariamente bueno porque en el mundo existen muchas más crisis 
humanitarias desde la Segunda Guerra Mundial. Esto impacta de manera 
directa a América Latina y el Caribe porque los recursos para el 
desarrollo y asistencia tradicionales se están orientando más a la 
respuesta humanitaria. Lo que ocurre en Bolivia por el nivel de 
desarrollo de los países considerados de medianos ingresos (es que) las 
corrientes de financiamiento se han disminuido y esto afecta a los 
programas que tienen los organismos internacionales en esta región. En 
el caso de Bolivia en particular, nuestro déficit programado para los 
próximos dos años es de aproximadamente 5 millones de dólares. Estamos 
trabajando fuerte con donantes internacionales y el Gobierno para ver de
 qué manera podemos revertir la situación, pero también es importante 
que el sector privado y la sociedad civil trabajen conjuntamente.
   Perfil
   Nombre: Miguel Barreto
   Cargo: Director Regional del PMA en América Latina y el Caribe
   Diplomático de carrera
 Barreto tiene el título de Diplomático de Carrera y Máster en 
Relaciones Internacionales de la Academia Diplomática del Perú. Posee un
 grado en Derecho de la Universidad San Martín de Porres de Lima. Inició
 su carrera multilateral en la Misión del Perú ante las Naciones Unidas 
en Nueva York (1993-1998). Ocupó el cargo de Vicepresidente del Comité 
de Seguridad Alimentaria Mundial de la FAO (2001–2002). Entre 2004 y 
2005 fue elegido Presidente de la Junta Ejecutiva del Programa Mundial 
de Alimentos (PMA), órgano de gobierno de la entidad integrado por 36 
países que sesiona en la sede situada en Roma (Italia). Con anterioridad
 fue Director de Naciones Unidas y Asuntos Políticos Multilaterales del 
Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú (2005–2006). 
 Desempeñó temporalmente el cargo de Coordinador Residente y Oficial 
Designado de la ONU en Honduras (2011-2012) y asumió el cargo de 
Director Regional del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las 
Naciones Unidas para América Latina y el Caribe en enero de 2014.
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