¿Cuáles son las claves para ser un líder empresario?
C.K.: Primero, hay que entender que la empresa está formada por cinco elementos y que no es de uno. Está formada por el capital de uno, trabajadores, proveedores, clientes y por la sociedad. Todos estos elementos son muy importante para que se forme una empresa porque cuando dices `mi empresa´ te vuelves capataz y crees que eres dueño de los trabajadores y así ya estás perdido. El otro concepto es educativo, y tiene que entenderse que para poder dirigir y estar al frente de una empresa, primero tiene que empezar, uno con uno mismo y para ello se necesita seguir tres pasos.
¿Cuáles son?
C.K.: El Bien Ser, que significa ser puntual, honesto, respetuoso, disciplinado y ser trabajadores. El segundo paso, es el Buen Hacer: todo lo que hagas hazlo bien desde un principio, si te vas a levantar, te vas a bañar, trabajar, estudiar, jugar algún deporte, hazlo bien. Estas personas que hacen estos dos pasos, sienten antes de entrar a descansar en sus camas el tercero paso, el Bien Estar: que es sinónimo de felicidad, porque diste a las personas lo mejor de ti, el día de hoy a todas las personas con cuales tuviste contacto.
Estas personas que sienten estos tres pasos, tarde o temprano llegan a tener el Bien Tener.
¿Y Cuándo descubrió estos pasos en su vida?
C.K.: Yo los descubrí por la cultura oriental japonesa, que he recibido desde pequeño y por eso Japón es lo que hoy.
En una leve comparación ¿Qué le falta a Bolivia para ser cómo Japón?
C.K.: Japón es tres veces más chiquito que Bolivia en territorio, a nosotros no nos sale ni una gota de petróleo y Bolivia da petróleo, gas, acero, hierro, cobre, estaño y todo. Japón no tiene todos esos elementos, es un gran productor de automóviles y electrodomésticos. Acá los mangos se pudren sin hacer cosecha, y uno les pregunta a la gente, ¿por qué no cosechas los mangos? Y te responden, ¿para qué?, cómo que para qué, para venderlos pues, y responden, nadie los compran, todos tienen. Ochos mangos en Japón valen 100 dólares. Cuando Japón está como ahora bajo dos metros de nieve, no consigues ni una papaya, plátano o tomate crudo, y tu Bolivia te la da día a día. ¿Y quién le sabe agradecer?, pues nadie agradece a esta tierra, pero eso sí, nos quejamos, que somos pobres, pedimos que alguien nos ayude, porque me explotan, me engañan, etc.
¿Dónde cree que radican esas fallas?
C.K.: Esto se da, porque ni en el kinder, escuelas, hogares, universidades ni en las empresas les enseñan a que tienes que dar el alma para hacer todo. Y la gente lo hace a medias o por cumplir. Además que hay una mala educación de las escuelas del No Hacer: no corras, no brinques, no te quites el abrigo, no grites, no te pelees. Una educación de no hagas y no hagas. Y cuando terminan las universidades, ya le metieron tanto en sus pequeñas mentes de no hacer que al final no saben hacer nada. Por eso, los grandes empresarios de Latinoamérica llegan a ser extranjeros: árabes, judíos, libaneses y hasta japoneses y chinos. Y porqué ellos si pueden hacer y nosotros no. Tu crees que cuando ellos llegaron a este país, ellos trajeron dinero? No, ni siquiera hablaban el español, pero eso si, trabajaron como 14 ó 16 horas diarias y se volvieron empresarios. Y nosotros queremos solo trabajar 8 horas y de lunes a viernes porque el fin de semana hay un juego de fútbol.
¿Qué conoce sobre los empresarios bolivianos?
C.K.: Aun no los he visto, pero me doy cuenta viendo en las calles unos BMW, unos carrasos y a la vez mucha gente pobre. Los bolivianos tienen que darse cuenta que viven en un tesoro, que dejen de pensar que son pobres o dejar esa mente de perdedores. Lo que hay que saber, es nada más que trabajar, saberlo repartir justamente, tener fe en cada uno de ustedes y sobre todo estudiar mucho.
'Vengo a motivarlos para que se vuelvan empresarios, aquí necesitan más fuentes de trabajo'
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