sábado, 20 de abril de 2019

Víctor Hugo Ayllón Saravia: “La industria farmacéutica en Bolivia genera hasta 400 millones de dólares al año”

Entrevista. El ejecutivo preside la Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana (Cifabol) desde hace un lustro. Tiene más de 30 años de experiencia en el sector




Víctor Hugo Ayllón Saravia preside la Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana (Cifabol) desde hace cinco años. Tiene más de 30 años en el sector farmacéutico nacional. El empresario estuvo en Santa Cruz para reunirse con empresarios indios y tratar la posible transferencia de tecnología de compañías del gigante asiático a firmas bolivianas.


¿Qué relación de negocios pretenden entablar con los empresarios indios?


Hemos tenido la oportunidad de reunirnos con la ministra de Salud y el presidente Evo Morales en dos oportunidades. Él nos ha expresado claramente su preocupación, que considero es la de todos: mejorar las condiciones de salud de la población. Hemos coincidido tanto con el presidente como con la ministra de salud que en el país se debe fomentar e incetivar la producción nacional. En Bolivia se fabrican muchos de los medicamentos que necesitamos en el país.


Esto genera todo un movimiento en cuanto a capacitaciones de personas se refiere, porque el sector farmacéutico es altamente especializado. El sector genera más de 7.000 empleos directos y entre 25.000 y 28.000 empleos indirectos. Teniendo en cuenta esto, hemos sido claros con el presidente Morales en indicarle que, ante la visita de personas de un país extranjero, en este caso la India, podemos ser inundados con productos que se fabrican fuera del país.

Esta es una gran preocupación compartida por el Gobierno; sin embargo, existe una situación que podemos aprovechar: los productos que normalmente importamos. India tiene 25.000 laboratorios y su mercado es de $us 55.000 millones. Esperamos de alguna manera lograr la transferencia de tecnología, que es lo que ha pasado en países vecinos. En esos casos, las grandes compañías han concretado acuerdos con el Estado, contando con la participación de las empresas privadas y las universidades. Incluso han instalado sus propias plantas en esos países.


De concretarse esa transferencia de tecnología ¿que impacto tendría en el país?


Se salvarían muchísimas vidas, ya que algunos productos como los oncológicos son demasiado caros puesto que muy pocas empresas los comercializan porque nuestro mercado es pequeño. Si pudiéramos acceder a nuevas tecnologías, los costos se reducirán enormemente. Estamos hablando de hasta un 50% o más.


¿Cuánto dinero genera anualmente la industria farmacéutica en el país?


En Bolivia estamos hablando de un mercado de aproximadamente $us 400 millones.

De esos $us 400 millones, ¿qué porcentaje concentra la industria nacional?

Estimamos que la industria nacional concentra el 30% y los productos importados el restante 70%.

En los cinco años que lleva al frente de Cifabol, ¿cómo se ha comportado el sector?


Este último lustro ha sido relativamente estable, registrándose un crecimiento sostenido. Considero que ha sido un tiempo favorable para la industria farmacéutica. En algunas gestiones se creció entre un 6% y 7%, pero actualmente estamos con un porcentaje menor que no llega ni al 2%. Los mejores años fueron el 2014 y el 2015. Luego hemos sentido una ralentización de la economía.

¿Qué medidas precisa la industria farmacéutica nacional para desafiar a la desaceleración económica y expandirse?

Para nosotros es importante el trabajo conjunto con el Ministerio de Salud y la autoridad regulatoria, que es la Agencia Estatal de Medicamentos y Tecnologías en Salud (Agemed). La industria farmacéutica no puede quedarse estática. Existen muchos avances tecnológicos en el mundo y nosotros tenemos que ir a la par.

Para ser competitivos necesitamos que nuestras autoridades y que nuestra agencia regulatoria tengan un nivel de certificación similar al que tienen las autoridades de otros países, esto con el objetivo de armonizar las normas. En la actualidad los mercados están abiertos y por supuesto si nosotros tuviéramos un certificado que ha sido validado en otros países podríamos acceder a otros mercados. En la actualidad no tenemos esa posibilidad. Esa es una preocupación constante y es el trabajo que venimos encarando como un desafío para la industria.

¿En qué plazo estima que pueden alcanzar ese objetivo?

Creo que estamos avanzando. En los últimos años hemos accedido a las autoridades. Es un proyecto que debemos emprender conjuntamente. El objetivo se puede alcanzar, tal vez no en el corto tiempo, pero sí en el mediano plazo.

¿Cómo impacta el contrabando en el sector?

Es una gran amenaza. Los medicamentos que ingresan de contrabando son un peligro para la salud, que ponen en un riesgo muy grande a la población. Hay que tener convicción para combatir el contrabando. Esa lucha no la tiene que hacer un solo actor, tienen que estar involucrados el Ministerio de Salud, la Aduana, los profesionales de la salud, los controles en frontera, los de adentro del país, y los diferentes puntos de expendio. Hay que entender que no se pueden vender libremente los medicamentos en la calle. Además, el contrabando genera importantes pérdidas al sector.

El sector farmacéutico a escala mundial se caracteriza mucho por la investigación, en el país, ¿las empresas nacionales qué porcentaje de sus ingresos destinan a ese apartado?

Las empresas nacionales tienen sus departamentos de investigación y desarrollo, y la inversión difiere de una empresa a la otra. La investigación y desarrollo que realizan esos departamentos se enfocan en la estabilidad, la eficacia y el grado de solubilidad de los productos. Debe quedar claro que en el país y la región en general, no contamos con farmoquímica, no desarrollamos nuevas moléculas o nuevos principios activos, eso lo hacen en muy pocos países en el mundo, donde existen inversiones multimillonarias y donde se patentan los productos.



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