viernes, 22 de julio de 2016

Decálogo para causar una buena impresión (según Harvard)



¿Sabes que habilidades comparten las personas exitosas y los grandes CEO del mundo? Muchas de ellas no se relacionan a su capacidad numérica pero a cualidades humanas, como la humildad, la capacidad de decisión, la empatía, la creatividad, la capacidad de comunicar y las habilidades para el networking... También son cualidades que convierten a un empleado, en un buen líder. Porque ya lo dijo el presidente de RRHH de Google, Laszlo Bock, el expediente académico no es tan importante como creías.

Y es que las entrevistas y las relaciones de trabajo tienen una gran carga emocional. En este sentido, el ‘feeling’ que tenemos con las personas sirven más que los conocimientos que tengamos sobre el sector en el que trabajemos. De ahí la casualidad de que la gente feliz, optimista y entusiasta en el trabajo, esté mejor valorada por los jefes y compañeros.

Según los psicólogos de la Universidad de Harvard, el juicio que se hace en una primera impresión tiene poco que ver con si eres una persona competente. En cambio, inconscientemente en los negocios hay una duda que asalta: “¿eres de confianza?”

De acuerdo con los estudios de Harvard transmitir calidez y simpatía en la primera cita es todo. Por supuesto se refieren a una simpatía natural ya que forzar cualquier actitud puede crear el efecto contrario

Este es el decálogo de Harvard para causar una buena impresión y avanzar profesionalmente.

Escucha mucho más de lo que hables

Como sugieren los expertos, habla cuando tengas algo importante que decir. Haz preguntas. Mantén el contacto visual. Sonríe. Frunce el ceño. Responde con gestos de manera no verbal... Esto hará que la otra persona perciba que te parece importante o interesante lo que dice, y creará empatía y cercanía entre ambos.

Elogia de forma natural

Nadie recibe los cumplidos suficientes. En general tenemos fama de decir más lo malo que lo bueno así que sorprende a quienes te rodean y empieza a decirle a la gente lo que ha hecho bien. Los elogios no solo se agradecen, demuestran que te importa lo suficiente el discurso de quien tienes en frente.

Nunca practiques la escucha selectiva

¿Alguna vez sentiste que aunque la persona del frente te mire, en el fondo sientes que estas hablando con una pared? Pues pasa a todos. Y es que escuchar no es lo mismo que oír. Hay quienes son incapaces de escuchar a otros por sentir que están por debajo de ellos. Las personas que causan una buena primera impresión tienen la habilidad natural de escuchar a todo el mundo y esto hace que inmediatamente se creen vínculos.

¡Deja tu móvil!

Mirar el móvil o whatsappear mientras una persona te habla, no solo es mala educación, pero demuestra el tipo de persona que eres. Tu concentración debe estar en la persona que tenga el turno de la palabra. Sea el asunto que sea, la educación puntúa más que el cargo que tengas. Dar tu atención hoy en día es un regalo y hará que la gente te recuerde.

Sé generosa y conecta

Ya sea información o empatía, concéntrate en lo que puedes ofrecer y saca tu talento a flote. Es la única forma de establecer una conexión real y una relación laboral que tenga futuro.

Sonríe

A la hora de hacer networking, ir a una entrevista laboral o simplemente tratar con tus compañeros de trabajo, recuerda tener buena cara y sonreír. Las personas entusiastas y sonrientes crean sinergias y simpatía, creando confianza y conexión. Por algo dicen que la sonrisa es el idioma de las personas inteligentes.

Aprende de los demás

Conoces tus metas, tu visión y perspectivas. Eso ya es tuyo y nadie te lo va a quitar así que céntrate en aprender del conocimiento de los demás; todo el mundo sabe cosas que tú desconoces.

Elige bien tus palabras

No solo tus gestos, tu cabello o tu manera de vestir transmiten sobre ti. Las palabras que utilizas y el tono con el que hablas crean impacto en la actitud de los demás. Como decíamos al principio, las personas sonrientes y con buena energía logran transformar el ambiente según entran en una habitación.

No critiques las carencias de los demás

Todas sabemos que los cotilleos en las oficinas son inevitables pero mejor que nunca salgan de ti y mantenerte alejada de ellos. Lo único que pueden hacer es afectar tu reputación.

Sé carismática

Se supone que las personas de éxito tienen carisma sin embargo, puedes comprobar en la política o en tu propia empresa que no es así. El carisma es capaz de envolver en un aura especial a quien lo posee. Si eres genuina, generosa, admites tus errores e incluso te ríes de ti misma, entonces has superado con éxito el decálogo de Harvard para impresionar a primera vista.



POWER POSING: LO PRIMERO QUE HACEN LAS MUJERES LÍDERES AL DESPERTARSE

En solo dos minutos puedes cambiar tu suerte en una reunión de negocios o una entrevista de trabajo. Te preguntarás, ¿cómo?

La psicóloga social de Harvard Amy Cuddy ha dado con la primera acción que deberíamos hacer para un tener un día: estirar.

La teoría tras el gesto se ha bautizado como Power Posing y su defensora le ha dedicado una charla TED que acumula más de 34 millones de visualizaciones. Según Cuddy, el poder de este gesto pasa por enviarle la señal de grandeza a tu cerebro; una acción auto empoderadora que se traduce como una carga de confianza en uno mismo. Es algo parecido a lo que ocurre cuando sonreímos y nuestro cerebro libera endorfinas que nos generan felicidad.

“Cuando simulas ser poderoso, te sientes más poderoso”, explica la profesora de Harvard. Estar recostada con desgana o con los brazos cruzados en una entrevista puede costarte el puesto de trabajo y, del mismo modo que tu lenguaje no verbal dice mucho de ti en la primera impresión, tu cerebro también interpreta y actúa en base a tus posturas.

“¿Cuáles son las expresiones de poder y dominio? En el reino animal, se trata de expansión. Te haces grande, te abres”, explica Amy Cuddy en su charla. Y es cierto: solo hay que pensar en especies como el pez globo o el pavo real. “En el caso de los humanos ocurre exactamente igual”, continúa mientras se proyecta una imagen de Usaín Bolt. “Se trata de expresiones universales de poder”.

Hombres vs. Mujeres

El power posing también halla distinciones de género: las mujeres solemos minimizar nuestros gestos, mientras que los hombres tienden a la grandilocuencia. Según Cuddy se trata de un sentimiento de inferioridad que el género arrastra después de años de vivir a la sombra de los hombres.

Fíngelo hasta que lo logres

“Mi teoría es que si pareces seguro puedes sacar lo que quieras adelante incluso si no tienes ni idea de lo que estás haciendo”, dijo en una ocasión Jessica Alba. Y la teoría de Cuddy apoya totalmente la idea de la empresaria.

Según su teoría, las personas poderosas, asertivas, positivas y con confianza se diferencian de las introvertidas en muchos de los rasgos de personalidad: pero también en cuestión de hormonas: concretamente, la hormona de la dominación (testosterona) y las que regulan el estrés (cortisol). Y la segregación de estas hormonas también puede lograrse de forma impostada.

Para su pequeño experimento, Cuddy convocó a 6 personas y les pidió que, durante dos minutos, ejecutasen posturas de poder y, más tarde, de debilidad. Entre una actitud y otra, se tomaron muestras de su saliva, que reveló que los gestos de poder hicieron crecer la testosterona hasta en un 20%, mientras que en los de debilidad, la presencia de ésta disminuyó notablemente, hasta un 10%.

Si en un plazo de dos minutos se consiguieron esos resultados, ¿qué podría lograrse con algo más? Seguramente, un éxito fulminante en una exposición oral, una entrevista de trabajo, o en el intento de revertir un mal día... Y eso por no hablar de los beneficios a largo plazo que puede tener ponerlo en práctica todas las mañanas.


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