lunes, 25 de enero de 2016

Actitudes molestas en temas de dinero

En un mundo "ideal”, la importancia del dinero en la vida de una persona se suscribe puramente al campo de lo material y no de lo emocional, al pensar en la plata simplemente como un medio objetivo para materializar deseos. En el mundo "real”, en cambio, el valor subjetivo del dinero en la vida de una persona suele tener implícito emociones, creencias y mandatos, pudiendo ser incluso el causante de la disolución de vínculos con seres queridos como los amigos o la propia pareja.

Las actitudes de dinero que tenemos en el día a día dice mucho de nuestra forma de concebir la justicia, la generosidad y hasta la verdadera importancia que le damos a la relación con la gente que nos rodea.

¿Cuáles son los comportamientos cotidianos en temas de dinero que alejan a unas personas de otras? ¿Aquellos que los llevan a cabo: son conscientes de su accionar? ¿Qué hacer cuando una persona cercana se comporta de una manera que nos desagrada en lo referente a lo monetario?

Estudiaremos diversos ejemplos y al final de la nota encontrarán ustedes mi opinión personal al respecto que, aún basada en mi experiencia de tantos años en el campo de las Nuevas Finanzas Personales, es simplemente una mirada más de alguien que interactúa en una sociedad moderna y también puede verse involucrado en situaciones como las descriptas, ya sea de uno u otro lado.

Casos "directos”

Llamamos casos "directos” a las situaciones en las cuales el comportamiento o la actitud molesta están relacionados de manera directa con el acto de abonar un bien o servicio, para lo cual debe existir una erogación monetaria.

Referente a esta categoría, donde más ejemplos concretos encontramos es en las salidas de esparcimiento compartidas entre varios. Pero pasemos directamente los ejemplos que ilustrarán esta tesis.

Un amigo dice que se olvidó la billetera (no es la primera vez que le pasa) y que paguen entre todos su parte que después "arreglan”. Los que lo conocen saben que cobrarle luego lo que le corresponde pagar será una misión imposible.

Un amigo toma la cuenta, comienza a hacer cálculos y dice que como él no tomó vino ni comió postre (en realidad, estuvo "sacándole” un poquito a cada uno de ambas cosas) no le corresponde pagar eso y, por lo tanto, tiene que pagar menos que el resto, que había optado por dividir el consumo en ese restaurante en partes equitativas.

Caso relacionado con el anterior pero opuesto: una pareja con tres hijos va a cenar afuera con otra pareja que no tiene hijos. Cuando llega la cuenta, que puede ser elevada, la pareja con hijos la agarra rápido y divide todo en partes iguales.

Es el cumpleaños de un compañero de oficina y se organiza por WhatsApp una colecta para comprarle un regalo.

Todos confirman rápidamente que pondrán su parte, pero la persona encargada de pagar y luego recolectar tiene que perseguir a uno de los integrantes del grupo, al punto tal que parece que este último le está haciendo un "favor” al devolverle el dinero que se había comprometido a pagar.

Casos "indirectos”

Llamamos casos "indirectos” a las situaciones en las cuales el comportamiento o la actitud molesta están relacionados de manera indirecta con el dinero, ante una situación que no tiene que ver con el pago o erogación de un bien consumido.

Ejemplos:

Una persona de un barrio de clase media-baja a la que le está yendo bien económicamente se pasea por las calles con su coche 0 kilómetros importado de alta gama escuchando música a todo volumen. Estaciona y al bajarse del auto se lo ve portando un Rolex y pesadas cadenas de oro, mientras habla por su smartphone de última generación. La ostentación también puede considerarse como un comportamiento molesto con respecto al dinero.

Fallece el tío y uno de los sobrinos, únicos herederos, se pelea con el resto e insiste en que a él le corresponde más bienes en la herencia porque fue el que cuidó al enfermo en sus últimos días.

Un amigo del grupo tiene auto. Los otros organizan la salida del fin de semana como para que éste los pase a buscar a cada uno, bajo la promesa de "después te pagamos el combustible”. Obviamente el pago nunca llega y el dueño del vehículo termina haciendo de taxi gratuito de sus amigos.

Opinión a modo de conclusión

Los ejemplos planteados pueden causar polémica entre los lectores que seguramente se habrán visto envueltos en situaciones parecidas en algún momento.

Si la resonancia viene por lado del causante de estos comportamientos molestos, quizá sea todo un hallazgo el darse cuenta de que el accionar que siempre consideró "justo y razonable” cause molestias y rechazos en su grupo de pertenencia. Revisar esta conducta y tratar de modificarla se presenta como una posibilidad para no poner en riesgo las relaciones en su vida por temas de dinero.

Si la resonancia, en cambio, viene por lado de quienes deben "soportar” estas conductas por parte de compañeros o seres queridos, existe la necesidad de ponerse del lado de la otra persona y tratar de entender el porqué de esta conducta que podría ser fácilmente catalogada como "ventajera”.

Para ello, lo primero es tener en cuenta que no es algo que esa persona nos está haciendo a nosotros, sino que es muy probable que repita este accionar en otros ámbitos. Lo que sucede generalmente es que los ejemplos citados se convierten en anécdotas graciosas que se cuentan por lo bajo cuando el susodicho no está presente a manera de venganza por su comportamiento molesto, pero nadie se atreve a hablar de manera directa con él/ella para explicarle la situación y cómo su accionar genera cierto rechazo en su grupo de pertenencia.

Me parece un buen consejo tratar de entender que este comportamiento perturbado con respecto al dinero marca inseguridades, miedos y concepciones erróneas en cuanto a la naturaleza de lo que es compartir en armonía ciertos momentos con otras personas, siendo lo mejor adaptarse o hablarlo abiertamente, pero no alejarse, que es lo que termina haciendo la mayoría.

Que lo vincular prime sobre lo monetario se convierte entonces en una responsabilidad compartida.

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